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El dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Agropecuarias y Forestales (Conoraf), Armando Rendón, advirtió sobre las crecientes importaciones mexicanas de comida, que superan el 60 por ciento del consumo, y llamó a buscar la producción autosustentable de alimentos para devolver a la tierra “la vida” que se le ha robado.
“El sureste de México tiene la capacidad para darle de comer a este país siempre y cuando se apoye a los productores”, planteó Rendón, un productor y exportador de cítricos y guanábana con más de 25 años de experiencia en la producción agropecuaria del país, y recién electo máximo dirigente de la Conoraf.
Rendón dijo que es tiempo de apoyar a los productores agropecuarios para que dejen de producir “a la antigüita”, sin tecnología ni ciencia, bajo el amago de los “coyotes”, sin mercados para la comercialización de sus productos y, peor aún, mediante el uso peligroso de fertilizantes químicos, que “nos están matando”.
Señaló que el uso indiscriminado de fertilizantes químicos en el campo mexicano es altamente costoso para los productores, pero más grave aún, es causante de enfermedades como el colesterol, la presión arterial alta, los triglicéridos, la diabetes y otros males de salud.
Refirió que los fertilizantes químicos tienen precios altos de mercado, alrededor de los 7 mil 300 pesos por tonelada, contra los 4 mil 300 pesos de una tonelada de fertilizantes orgánicos.
La producción de bienes orgánicos, dijo, beneficia por partida doble al productor y al consumidor. Al primero porque le genera mayores recursos y al segundo, una mejor calidad de vida, con menos enfermedades.
Hizo ver que la Conoraf, una organización creada hace casi dos décadas y que reivindica unos 50 mil productores agropecuarios en todo el país, está lista para impulsar una nueva época en la producción de alimentos en México.
Rendón, quien formalizará su liderazgo nacional al frente de la Conoraf el próximo domingo 11 de agosto, dijo que el país requiere el desarrollo de una agricultura determinada por estudios de suelo y regiones. “Estaremos cuidando así el medio ambiente”, dijo.
“Si el sureste tiene la vocación para plantar árboles frutales, pues que lo diga un estudio y que nos digan para qué sirven las tierras”, dijo, al asegurar que están listos una serie de acuerdos con la Universidad de Puebla para que en forma gratuita se realicen los estudios de uso de suelo.
Ejemplificó con el caso de Tlaxcala, cuyos suelos son demasiado ácidos y su producción de maíz genera triglicéridos entre los consumidores. “Los fertilizantes deben ser fabricados de acuerdo al tipo de suelo”, expuso.
“El mundo ha cambiado hacia lo biológico, lo verde, nadie quiere productos químicos”, apuntó.
Refirió que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) tiene información de cada estado. La población de Veracruz, por ejemplo, sufre problemas de colesterol por el elevado consumo de azúcar y/o cerveza, una bebida habitual ante las altas temperaturas en ese estado.
“El fabricante debe producir un fertilizante para combatir este problema. Al fertilizante orgánico le hace falta nitrógeno, pero se puede solventar con cachaza de caña, excremento de borrego, de gallina. Hay que enseñarles a producir sano”, dijo. De esa manera “estaremos cuidando el medio ambiente”, indicó.
Dijo que la Conoraf impulsará la regionalización de cultivos para que la Universidad de Puebla haga estudios de suelo a productores en forma gratuita en todo el país.
“Sólo pediremos al productor que permita obtener las muestras de tierra para determinar el tipo de suelo. Así sabremos qué podemos plantar y sembrar en su tierra.
Dijo que es urgente la planeación en el campo. “Se caen los precios por la oferta excesiva. Si Veracruz, por ejemplo, tiene vocación para la citricultura, pues que se siembre allí porque tiene calidad de exportación. Es el caso de Michoacán con la plantación de aguacate hass y así cultivo por cultivo. Hay que atender la geografía del país y ver para que sirve cada estado”, planteó.