Roma.- Michelle Grant, del centro especializado en alimentación de la universidad ETH de Zúrich (Suiza), presentó un estudio que analiza las dificultades que enfrenta la agricultura ecológica a pesar de su relevancia y aporte al desarrollo sustentable.
La agroecología, como disciplina científica y también entendida como movimiento social y conjunto de prácticas, se centra en la interacción entre plantas, animales y personas para producir alimentos sin insumos externos como fertilizantes o pesticidas.
Grant instó a crear nuevos mercados y cadenas de valor que tomen más en cuenta valores como “la equidad, la trazabilidad y la sostenibilidad" para dar más espacio a la agroecología.
Las virtudes de las prácticas agroecológicas suelen tardar tiempo en observarse, por ejemplo la mejora de fertilidad del suelo, afirmó la especialista, que destacó la falta de inventivos en investigación y nuevas tecnologías como la digitalización en ese terreno.
Si los alimentos se venden baratos es, entre otros motivos, porque su precio no suele recoger otros efectos externos como el daño ambiental o social ligados a ciertos modelos de producción, por lo que Grant llamó a captar mejor su coste real.
La agroecología es una forma de vivir que funciona. El problema es que los mercados locales ya no están ahí y se ha destruido a las comunidades rurales.
“Todavía falta educación para no mirar solo a la producción", dijo Brian Baldwin, representante del sector privado en el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, una plataforma del sistema de Naciones Unidas.
Baldwin subrayó que los agricultores necesitan hacer dinero ”y recomendó aprovechar las oportunidades de dar más valor a los productos con el procesamiento y la mercadotecnia.
“La agroecología es una forma de vivir que funciona. El problema es que los mercados locales ya no están ahí y se ha destruido a las comunidades rurales", apuntó la genetista y productora italiana Elisa D’Aloisio, en alusión al abandono del campo en numerosos países y la dependencia de las grandes cadenas de alimentación.
La representante de la Organización Mundial de Agricultores, Luisa Volpe, pidio escuchar más a los productores, que son quienes “conocen los desafíos habituales que supone mantener cada día la producción a ciertos estándares para el bienestar de sus familias”.
“Ellos pueden aportar soluciones para aumentar las prácticas sostenibles a nivel global, como ya han hecho durante siglos adaptando nuevas plantas para cultivar”, enfatizó.