El alarmante aumento de temperatura en el océano, revelado en un nuevo informe de la UNESCO, pone en evidencia una tendencia preocupante que se ha duplicado en las últimas dos décadas. Este reporte, que documenta también el aumento del nivel del mar y la creciente acidez de las aguas, sirve como un llamado urgente a la acción global.
Según la UNESCO, en 2023 se registró uno de los mayores incrementos de temperatura desde la década de 1950, con un ritmo de calentamiento actual que supera al de hace veinte años. Mientras que las temperaturas atmosféricas pueden fluctuar, el calentamiento del océano es constante y sostenido.
Las cifras son contundentes: un aumento promedio de 1.45°C, con puntos críticos que superan los 2°C en regiones como el Mediterráneo y el Atlántico Tropical.
Este fenómeno no solo tiene consecuencias en el ámbito ambiental, sino que también impacta directamente en las comunidades costeras.
Más de 500 "zonas muertas", donde la vida marina es prácticamente inexistente debido a la disminución del oxígeno en el agua, han sido identificadas por investigadores. Además, la acidificación del océano, provocada por la absorción de CO2 derivado de las emisiones de combustibles fósiles, ha aumentado un alarmante 30% desde los niveles preindustriales.
Los manglares y otros ecosistemas marinos emergen como héroes en esta lucha contra el calentamiento global. Según la UNESCO, estos bosques marinos son capaces de absorber hasta cinco veces más carbono que sus contrapartes terrestres, y representan un baluarte crucial para contrarrestar el cambio climático. Sin embargo, a pesar de su importancia, la conservación y restauración de estos ecosistemas no se encuentra entre las prioridades de la mayoría de los países.
Para abordar esta crisis, la UNESCO lidera el Decenio de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible, una iniciativa que busca promover la protección de los océanos y movilizar recursos para mejorar su conocimiento y conservación. Desde 2021, este programa ha logrado implementar más de 500 proyectos en todo el mundo y ha destinado más de mil millones de dólares para la protección del océano.
En última instancia, este informe sirve como una llamada de atención para los líderes mundiales y las comunidades locales. La implementación urgente del Acuerdo de París y la inversión en la restauración de los bosques marinos son medidas cruciales para mitigar los impactos devastadores del calentamiento del océano.
Además de la necesidad de acción inmediata, el informe destaca la importancia de las áreas marinas protegidas en la preservación de la biodiversidad marina. Estas áreas albergan al 72% de las 1500 especies marinas en peligro de extinción, subrayando su papel fundamental en la conservación de los ecosistemas.
Sin embargo, la protección efectiva de estas áreas requiere un compromiso conjunto de la comunidad internacional. Los programas de cooperación científica, el intercambio de datos y el mapeo detallado del fondo marino son solo algunas de las medidas necesarias para garantizar la protección de estos valiosos ecosistemas.
Además de la protección, es fundamental abordar las causas subyacentes del calentamiento del océano y la acidificación. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la transición hacia fuentes de energía renovable son pasos cruciales en esta dirección.