El cuidado del medio ambiente y de la sociedad se ha convertido en una de las prioridades de ejecutivos y líderes empresariales del mundo. No se trata solo de altruismo, sino de una toma real de conciencia sobre el impacto de la transformación digital en el escenario de negocios global sobre dichas temáticas.
La aceleración de la transformación digital en las empresas y el crecimiento exponencial de la necesidad de generar, capturar, transmitir, almacenar y procesar datos ponen a los Data Centers en el escenario de la conversación. PRODESEN (Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional) señala que 31.2% (106 mil 171 gigawatts-hora –GWh–) de la energía eléctrica total generada en México en 2022 (340 mil 713 GWh) fue limpia.
El considerar estructuras de Mega Data Centers, multiempresa y centros de datos de borde en las organizaciones cobra sentido en el entendido de ir por un camino más eficiente.
¿En dónde estamos y hacia dónde vamos?
En la actualidad, se están tomando numerosas medidas con respecto a reducir la huella de carbono. Por ejemplo, la mayoría de las empresas cuentan con objetivos específicos orientados a cero emisiones, con el horizonte más lejano ubicado en 2030, sin embargo, aún falta camino por recorrer.
La utilización de nuevas tecnologías y desarrollos permiten tener un impacto positivo en el medio ambiente; ya no se trata solo de dejar de hacer daño al planeta, tal como proponían las políticas de responsabilidad social empresaria hasta hace apenas unos pocos años, sino de generar un beneficio para el medio ambiente.
Sobresalen algunas tendencias macro de cara a tener menor impacto sobre nuestro entorno:
- Uso creciente de energías renovables
- Implementación de paneles solares para alimentar de manera directa los nodos de la red
- La utilización de componentes tecnológicos cada vez más eficientes en términos de consumo energético
La realidad nos marca la pauta de que las prácticas sustentables deben ser un componente del ADN organizacional y deben estar presentes en cada proyecto e iniciativa que surja: la optimización de procesos, la búsqueda permanente de eficiencias, la capacidad de detectar redundancias innecesarias, etc.
Todas esas acciones derivan en un impacto positivo. Si nos mantenemos atentos a las tendencias tecnológicas en nuestro entorno, sobra decir que la utilización de la Inteligencia Artificial, Machine Learning, e IoT pueden ser útiles en la búsqueda de tener un impacto positivo con el medio ambiente.
La era de la cooperación
Otro de los desafíos que impone la sustentabilidad es el de la cooperación y la colaboración: las organizaciones no solo deben preocuparse por sus acciones individuales, sino también por lo que ocurre a lo largo de toda su cadena de valor y stakeholders. Se trata de un tema en el que las sinergias son clave y donde el total es definitivamente más alto que la suma de las partes.
Las métricas juegan un rol fundamental: de nada sirven los discursos y las intenciones si no existen detrás datos que permitan medir lo que se viene haciendo, entender los desvíos, y saber qué tan cerca se encuentra la empresa de cumplir con sus objetivos sustentables.
Los proveedores de servicios gestionados de centro de datos y de conectividad que pueden demostrar sus cálculos y sus previsiones de reducción de su huella de carbono están ayudando a sus clientes a conseguir sus propias metas de descarbonización, jugando un rol clave en su búsqueda de eficiencias.
Se escucha a menudo la frase ‘el futuro es digital’, sin embargo, es la sustentabilidad la que, en realidad, nos asegura la calidad de vida y el bienestar en ese futuro tras el impacto de la transformación digital.