El hidrógeno de bajas emisiones representa un paso clave hacia la descarbonización de sectores cruciales de la economía. Sin embargo, su éxito depende de un apoyo político efectivo, la estimulación de la demanda y la colaboración global para superar los desafíos económicos actuales. Solo con esfuerzos coordinados y audaces podremos aprovechar plenamente el potencial de esta fuente de energía limpia y transformar nuestra economía hacia un futuro sostenible, señala la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Desafíos económicos y estratégicos
Un reciente informe de la AIE subraya la necesidad urgente de abordar los desafíos económicos que enfrenta la producción de hidrógeno de bajas emisiones. Entre las medidas sugeridas se encuentran la implementación efectiva de planes de apoyo gubernamentales, acciones audaces para estimular la demanda y la eliminación de barreras de mercado, como trámites de licencias y permisos.
A pesar del crecimiento constante en el interés por proyectos de hidrógeno, el actual contexto económico global ha generado costes crecientes que amenazan la viabilidad a largo plazo de estos proyectos. La inflación y el encarecimiento de los costes de financiación están afectando a toda la cadena de valor del hidrógeno, lo que dificulta la obtención de fondos para los promotores y reduce el impacto de las ayudas públicas.
A pesar de estos desafíos, el despliegue de electrolizadores, esenciales para la producción de hidrógeno, está ganando impulso. Hacia finales de 2022, la capacidad de electrolizadores alcanzó cerca de 700 MW. Proyectos actualmente en construcción o con decisión final de inversión podrían triplicar esta capacidad a más de 2 GW para finales de 2023, siendo China un actor destacado en este crecimiento.
Para 2030, si se implementan los proyectos anunciados, podríamos alcanzar una capacidad total de 420 GW, un incremento significativo respecto a las estimaciones de la AIE en 2022. Fatih Birol, Director Ejecutivo de la AIE, mencionó: "Es necesario avanzar más en tecnología, regulación y creación de demanda para garantizar que el hidrógeno de bajas emisiones pueda desarrollar todo su potencial".
Estimulando la demanda y fomentando la colaboración
El informe también subraya que es crucial acelerar los esfuerzos para estimular la demanda de hidrógeno de bajas emisiones, lo cual está rezagado respecto a las metas climáticas establecidas. Aunque el uso global de hidrógeno ha crecido, representando el 0.6% de la demanda total, es necesario incrementar su adopción, especialmente en sectores de alto consumo energético como la industria química y siderúrgica.
Además, se enfatiza la necesidad de colaboración internacional para establecer normas y regulaciones comunes que faciliten el establecimiento de mercados internacionales de hidrógeno. Estos acuerdos fomentarán el crecimiento y la viabilidad económica de esta tecnología sostenible.