Seguramente has observado y admirado la belleza de las aves playeras buscando alimento en dunas, playas de arena, humedales costeros e interiores, pastizales y otros hábitats. Desafortunadamente, estas especies de pico y patas largas presentan problemas desde hace varias décadas.
Científicos del Continente Americano documentaron a mediados de la década de los ochenta la grave disminución de estas comunidades plumíferas, inquietud que los llevó a emprender acciones y desarrollar la Red Hemisférica de Reservas de Aves Playeras (WHSRN), un sistema de sitios clave para proteger a las aves playeras y sus hábitats.
La red WHSRN se convirtió desde entonces en una iniciativa de conservación basada en la ciencia y la colaboración para proteger la integridad ecológica de los hábitats críticos para las aves playeras en las Américas.
Con el propósito de propiciar conciencia sobre la importancia de preservar a estos seres acuáticos y migratorios, se juzgó conveniente establecer una jornada al año dedicada a ellas, el Día Mundial de las Aves Playeras, cada 6 de septiembre, desde 2012, para tener presente que su presencia engalana escenarios que han sido impactados por la contaminación ambiental, el tránsito vehicular en zonas de nidificación, las actividades recreativas y el acecho de otros animales a sus nidos, lo que ha reducido las poblaciones de esas especies a una fracción de lo que eran hace 30 años.
Se pretende concientizar a la ciudadanía sobre la importancia de la conservación a nivel mundial, las amenazas que enfrentan, así como promover la investigación y el monitoreo de este grupo de aves.
Las aves playeras pertenecen al orden Charadriiformes, y se diferencian de otras familias de aves por sus dedos largos que les otorgan estabilidad y equilibrio sobre sustratos blandos; patas largas y delgadas para caminar en la arena, el cieno y en aguas poco profundas; picos alargados para buscar alimento en el fango y en el agua; plumaje moteado que les permite camuflarse y esconderse de depredadores, así como largas plumas primarias para volar a gran velocidad.
Generalmente realizan dos movimientos migratorios anuales: en otoño hacia el sur para llegar a sus áreas de hibernación, y hacia el norte en primavera para la temporada reproductiva. Gran parte de su vida la pasan cerca del agua, en zonas con hasta 20 cm de profundidad, con fondos arenosos o fangosos de playas, áreas estuarinas como las marismas, humedales, planicies fangosas, praderas, campos agrícolas y pastizales, sin embargo, en el invierno algunas prefieren vivir lejos de las costas y migrar miles de kilómetros hasta áreas no reproductivas.
En el mundo se tiene registro de alrededor de 217 especies de aves playeras migratorias y residentes, y constituyen uno de los grupos de aves más variados en forma y tamaño cuya importancia ecológica radica en que funcionan como indicadores de cambios ambientales, ya que viajan miles de kilómetros y sus rutas de migración se sincronizan perfectamente con la disponibilidad de recursos alimenticios.
Cada año a nuestro país arriba durante el periodo invernal una gran cantidad de aves migratorias entre pelícanos, aves playeras, garzas, aves canoras, aves rapaces entre otras tantas. Constituyen el 5% del total de las especies de aves en México, representadas por 52 especies residentes y migratorias, y distribuidas en seis familias del Orden Charadriiformes: Jacanidae, Haematopodidae, Recurvirostridae, Burhinidae, Charadriidae y Scolopacidae.
El 83% de las aves acuáticas que invernan en México utilizan 28 humedales prioritarios para su distribución, de los cuales 14 están en la zona del Pacífico, 7 en la costa del Golfo y 7 en el Altiplano Norte y Central. Estas especies se aprovechan principalmente con fines cinegéticos, generando una gran cantidad de empleos temporales y una derrama económica de importancia regional.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales cuenta con un Plan de Manejo Tipo para el manejo, conservación y aprovechamiento de aves acuáticas y playeras para evitar el abuso y la presión que se ejerce sobre estas especies.