El producto miel de abeja no solo representa una importante fuente de ingresos dentro del sector agropecuario de nuestro país, porque las abejas, insectos del orden Hymenoptera, procesan el néctar de las flores que contiene no solo los azúcares que ellas transforman en miel, sino también es rico en aminoácidos, iones minerales y sustancias aromáticas que dan a la miel color, sabor y aroma diferente según la flora que visitan.
Estos pequeños seres alados habitan en colmenas o colonias donde pueden vivir hasta 80 mil individuos que se constituyen en tres estratos sociales: obreras, zánganos y abeja reina, cuya coexistencia es vital porque sin los zánganos no se podría perpetuar la especie, sin la reina tampoco y sin las obreras no habría quien transformara los néctares en miel.
Son muchas las virtudes de las abejas, como da cuenta Naciones Unidas en el histórico informe de 2019 de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES):
Los textos sagrados sobre las abejas en todas las principales religiones del mundo destacan su importancia para las sociedades humanas a lo largo de milenios.
Más todavía. Según el organismo internacional:
“La apicultura también es una importante fuente de ingresos para muchos medios de vida rurales. Según la IPBES, la abeja occidental es el polinizador más extendido a nivel mundial, y más de 80 millones de colmenas producen unos 1.6 millones de toneladas de miel al año”.
Hay más:
Los polinizadores contribuyen directamente a la seguridad alimentaria y, según los expertos en abejas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, un tercio de la producción mundial de alimentos depende de las abejas.
Lo anterior es ampliamente reconocido en México, donde el 27 de abril de 2017 el Senado de la República declaró el 17 de agosto de cada año, como "Día Nacional de las Abejas", a fin de que, con el apoyo del Congreso de la Unión, sociedad, organizaciones, instituciones y gobiernos, se reconozca y valore la importancia ambiental, social y económica de estas polinizadoras, para que “se realicen esfuerzos y acciones para conservar sus poblaciones y se asegure la permanencia de sus servicios y productos”.
En el dictamen del organismo legislativo se indica que “México ocupa el sexto lugar a nivel mundial en la producción de miel de abeja y el tercero en exportación global. Asimismo, representa una actividad económica primaria de gran importancia para la agricultura”.
La celebración responde a la proclamación del Día Mundial de las Abejas, instituido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también en 2017, ya que las abejas son indispensables en el equilibrio de los ecosistemas y en la subsistencia de la humanidad, pues “además de polinizar 90% de los cultivos que nos alimentan, los productos de la colmena, como propóleos, jalea real, polen, veneno y cera, también son importantes en nuestra cotidianidad”, y son “indispensables para conservar la biodiversidad”.
El portal de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) indica que la miel es un alimento nutritivo que provee energía inmediata al organismo por la presencia de azúcares. También posee la propiedad de inhibir el crecimiento de bacterias y favorece la recuperación en algunas afecciones y desequilibrios nutricionales.
La miel, añade Conabio, se compone básicamente de agua y azúcares de fácil asimilación en un 99%, cuya concentración puede variar y define la cristalización de la misma, proceso natural que no afecta su calidad”, y contiene ácidos orgánicos, proteínas, vitaminas y minerales, aunque constituyen el 1% son en gran parte responsables de las características distintivas de cada miel; aroma, color, granos de polen, entre otros”.
Pero en los escenarios de las abejas existen amenazas que las colocan en grave riesgo: el monocultivo intensivo y el uso indebido de plaguicidas reducen su acceso a alimentos y sitios de nido, mientras la exposición a sustancias químicas perjudiciales debilitan sus sistemas inmunológicos.
Por esos motivos se lanzó este año a nivel mundial el lema “Compromiso con las abejas: por una producción agrícola respetuosa de los polinizadores”, y se hizo un llamamiento a la acción a todo el mundo con miras a apoyar la producción agrícola favorable a los polinizadores y poner en relieve la importancia de proteger las abejas y otros polinizadores, especialmente mediante prácticas de producción agrícola sostenibles.
Pensemos y actuemos para encauzarnos a preservar a las abejas y con ellas la biodiversidad y la seguridad alimentaria de la humanidad.