Como cada año, desde 1959 México celebra el Día del Árbol cada segundo jueves de julio con el compromiso de mantener en la conciencia de la población el valor que representan estas especies verdes de las que obtenemos oxígeno, frutos, sombra y muchos otros beneficios y no solo madera para la elaboración de muebles o edificios.
Hoy, más que nunca, los servicios ambientales que nos ofrecen estos milenarios organismos vegetales son clave para hacer frente al cambio climático, ya que además de producir oxígeno y capturar bióxido de carbono, ayudan a la captación de agua, conservan la biodiversidad y el hábitat y protegen el suelo al evitar la erosión.
Los árboles son de gran ayuda y utilidad en las zonas urbanas. Por su naturaleza protegen del ruido, regulan la temperatura, son barreras contra el viento, dan sombra y privacidad, mejoran el paisaje y retienen contaminantes.
No se necesita gran ciencia para darnos cuenta de la diferencia entre una zona arbolada y una en donde solo hay concreto. Resulta interesante observar cómo la presencia de vegetación forestal es suficiente para reducir la temperatura de 10 a 12 grados celsius, algo que no se consigue con tejados o lonas.
La sola presencia de árboles es suficiente para favorecer la salud y el bienestar de los seres humanos, y eso se puede comprobar cuando se tiene un momento de tensión o estrés. Basta caminar un rato por un parque o una avenida arbolada para recuperar la calma. Por esa razón la Organización de las Naciones Unidas determinó que el tema central para celebrar el Día Internacional de los Bosques en 2023 fuera “Bosques y salud”, ya que a los beneficios mencionados se agregan el de los alimentos forestales y el bienestar cultural, espiritual y de salud mental.
De acuerdo con el reporte Los bosques para la salud y el bienestar de los seres humanos, los árboles en parques o avenidas ofrecen “espacios verdes para el ejercicio y la recreación y ayudan a recuperarse del estrés de la vida urbana. Amortiguan el ruido, reducen el efecto de la isla térmica urbana, que puede ser letal durante las olas de calor, y absorben la contaminación del tráfico y de las industrias, ayudando así a protegerse de enfermedades respiratorias”.
Por esa razón, una acción inteligente para garantizar nuestra calidad de vida es cuidar los árboles que existen alrededor de nuestras casas, con la autorización y asesoría de las autoridades locales si lo que se requiere es podar o sembrar un árbol, o si se pretende retirar alguno que ya cumplió su vida útil, para evitar accidentes durante las temporadas de lluvias o vientos fuertes.