Un estudio elaborado por la WCS revela que los bosques de montaña de todo el mundo -de importancia crítica para la vida silvestre- están desapareciendo a un ritmo acelerado, con una superficie que duplica el tamaño de Noruega perdida entre 2001-2018.
El nuevo estudio, publicado en One Earth, está dirigido por la Universidad Meridional de Ciencia y Tecnología y coescrito por científicos de la Wildlife Conservation Society, la Universidad de Leeds, la Universidad de Mae Jo y la Universidad de Hong Kong.
Los resultados mostraron que 78.1 millones de hectáreas de bosques de montaña se perdieron entre 2001-2018 en todo el mundo, con tasas que casi se duplicaron después de 2010, lo que muestra una fuerte aceleración y apunta a un riesgo potencialmente mayor de pérdida de bosques de montaña en el futuro.
Las montañas proporcionan un hábitat crítico para más del 85% de todas las especies de aves, mamíferos y anfibios del mundo y son reconocidas mundialmente por su alto valor de conservación. Las especies de montaña que viven en los bosques suelen tener áreas de distribución muy reducidas, por lo que incluso pequeñas pérdidas forestales pueden aumentar considerablemente su riesgo de extinción.
Los autores combinaron mediciones satelitales de alta resolución de la pérdida de bosques con mapas del terreno montañoso para crear mapas detallados de dónde, cuándo y cuánta pérdida de bosques se produjo durante cada año entre 2001-2018.
Dijo Paul Elsen, Científico de Adaptación Climática de la WCS y coautor del estudio:
Las montañas tienen niveles excepcionalmente altos de biodiversidad, y muchas de estas especies dependen de los bosques para su supervivencia. Los altos niveles de pérdida de bosques que observamos en las montañas podrían ser catastróficos para estas sensibles especies de montaña."
A pesar de las altas tasas de pérdida de bosques de montaña observadas, los autores también revelaron que las zonas protegidas dentro de regiones de alta biodiversidad mostraban tasas de pérdida mucho más bajas. Esto pone de relieve el importante papel que desempeñan las zonas protegidas en la conservación del hábitat forestal y de la fauna salvaje.
"Resulta alentador comprobar que las zonas protegidas se asocian a tasas de pérdida forestal relativa mucho más bajas en regiones de gran biodiversidad", afirma Elsen. "Esto demuestra que la gestión y la inversión continuas en áreas protegidas pueden conservar la biodiversidad que, de otro modo, estaría mucho más amenazada por la pérdida de bosques".