El secuestro de carbono (la diferencia entre el CO2 que capturan y liberan los ecosistemas a la atmósfera) está en riesgo de desestabilizarse en grandes regiones del planeta, según los “signos claros” detectados por una investigación internacional.
Las regiones con mayor riesgo serían la zona mediterránea, el este de África oriental, las costas occidentales de norte y centro América, India y Pakistán o el sureste asiático, indica un estudio con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El secuestro de carbono ha variado mucho en los últimos años, con momentos de mucha productividad vegetal (mucho secuestro) y años con poca (poco secuestro), dice la investigación que publica Nature.
Los autores alertan de que esta variabilidad es una señal de que los ecosistemas podrían estar en riesgo de desestabilizarse y de entrar en una espiral que les alejase de la situación actual y los llevara a cambios abruptos.
"Por ejemplo, en los ecosistemas mediterráneos podríamos ver bosques que pasan a ser matorrales sin capacidad de volver a la forma original de bosque", explica Marcos Fernández, primer autor del estudio e investigador del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF).
El estudio confirma que las zonas que más riesgo presentan de desestabilizarse tienen menos bosques, más cultivos, son más cálidas y han sufrido mayores aumentos en la variabilidad de sus temperaturas, lo que podría estar relacionado con un aumento de los episodios de tiempo extremo como oleadas de calor y de frío.
Para realizar el estudio, el equipo trabajó con los datos globales de producción neta de los ecosistemas para el período 1981-2018 de dos modelos globales de inversión atmosférica (CAMS y CarboScope).
También analizó datos de producción limpia de los ecosistemas de un conjunto de doce modelos dinámicos de vegetación global (TRENDY).
El estudio pone de manifiesto que las regiones con un potencial más elevado de desestabilizarse en los últimos años han visto comprometida su capacidad de secuestrar carbono.
Por el contrario, las que han tendido a ser menos variables (Amazonas o regiones del centro y norte de Europa, entre otras) han aumentado su capacidad de secuestrar carbono.
"En el caso del Amazonas vemos concretamente que, aunque durante el período de estudi, de media, ha perdido carbono, cada vez pierde menos porque el sistema es ahora menos variable que antes", dice Josep Peñuelas, del CREAF.
Aunque todavía no se sabe si estos cambios abruptos traerán modificaciones en el clima o en la capacidad de las plantas de secuestrar carbono, “una potencial desestabilización de grandes regiones de la biosfera nos hace las predicciones más difíciles porque aumenta mucho la variabilidad”, señala el también firmante e investigador del CREAF Jordi Sardans.
El equipo estudio, en todos las regiones del mundo, si los sistemas con más biodiversidad son más estables y tienen más capacidad de secuestrar carbono.
El resultado fue que las tasas más elevadas se dan en regiones con biodiversidad intermedia, mientras que en lugares donde es muy elevada, como ahora los trópicos, esta capacidad es menor.
El motivo, consideran los investigadores, puede deberse a que el efecto positivo de la biodiversidad sobre la descomposición y respiración de los ecosistemas tropicales podría compensar el efecto positivo sobre la fotosíntesis, lo que no ocurriría en otros ecosistemas.
El trabajo apunta, en contra de lo que se pensaba, que la máxima variabilidad en el secuestro de carbono también se da en regiones con biodiversidad intermedia.