Ciudad de México.- Tessa Clarke, CEO y cofundadora de la app OLIO creció con las palabras "Aquí no se desperdicia nada" resonando en sus oídos durante toda su infancia.
Era un mantra que pronunciaba casi a diario su madre, mientras ella y sus hermanos trabajaban y vivían juntos en la granja familiar.
La perspectiva de su madre se debe en gran medida a que fue una niña de la posguerra, cuando el concepto de racionamiento aún estaba grabado en la memoria de todos los que vivieron este período.
Tessa resalta: “Es una forma de pensar que debemos adoptar de nuevo, ya que la necesidad de hacer frente a la crisis climática es cada vez más urgente”.
Estas son algunas de las tácticas anti desperdicio más sencillas de alimentos que empleaba su madre y que a ella le han permitido convertirse en una madre con la capacidad de criar hijos conscientes acerca de sustentabilidad y la importancia de no desperdiciar :
Cáscaras de naranja: se pueden secar y arrojar al fuego para obtener una fragancia dulce, o se pueden utilizar para crear un popurrí casero.
Cáscaras de huevo: se pueden guardar y cocer en el horno antes de machacarlas con un mortero. Esto puede servir de alimento a las gallinas para mejorar la resistencia de sus cáscaras (evitando así la necesidad de comprar la costosa "arena"). También puede añadirse a los alimentos como fuente muy eficaz de calcio para fortalecer los dientes y los huesos, o puede espolvorearse en los parterres como elemento disuasorio para las babosas y mejorar el estado de algunas plantas en casa.
Posos de café: pueden esparcirse en el jardín para disuadir a las babosas y otros insectos.
Pan y bollos duros - Es posible revivirlos tostándose, o rociarlos con agua y recalentándolos en el horno. También se pueden remojar en agua, escurrirlos y machacarlos con huevo batido y leche, y aromatizarlos con canela para obtener un budín dulce al horno, o con cebollas y hierbas para un horneado salado.
Moho: siempre se ha cortado del queso, la fruta y la verdura y se pueden comer las partes no dañadas. Sin embargo, la carne o el pescado con moho no deben comerse.
Frutas viejas: se convierten en un delicioso postre muy sencillo de preparar llamado compota, que se prepara cociendo la fruta con azúcar y añadiendo un poco de canela. Por otro lado, también puedes cortar las partes dañadas y preparar un smoothie.
Verduras viejas: Antes de tirarlas se pueden cocer y convertirlas en sopa o acompañar un guiso.
Huesos de pollo o carne: Se hervían con cebollas y hierbas para hacer un caldo, que luego se congelaba y se sacaba cuando se necesitaba.
Conserva las hierbas en agua: Si compraste perejil, cilantro, o alguna otra hierba, coloca su tallo en un vaso con agua, extenderás su tiempo de vida y frescura.
Orden en el refrigerador: Ordena los alimentos de acuerdo con cuáles deben consumirse primero para evitar que se echen a perder, muchas veces esto pasa ya que no están a la vista.