Además de su degradación, el mal manejo del suelo favorece al calentamiento global, altera el ciclo hidrológico, genera inseguridad alimentaria y ocasiona enfermedades. En cambio, su uso adecuado mitiga el cambio climático, regula el ciclo hidrológico, favorece la producción de comida y, por ende, mejora la salud de las personas, aseguró la titular del Programa Universitario de Estudios Interdisciplinarios del Suelo (PUEIS), Blanca Lucía Prado Pano.
Resaltó que la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura calcula que para que se forme un centímetro de este recurso a partir de roca consolidada se requieren mil años, lo que debe llevarnos a reflexionar sobre el tiempo que se necesita para recuperar el terreno que ha sido afectado en el país.
En ese sentido, recordó que aproximadamente 50 por ciento del suelo en México tiene algún nivel de degradación y que las actividades humanas son las responsables, de ahí que las decisiones que se toman al respecto son de suma importancia.
Al participar en el ciclo de conferencias “Por amor a mi tierra ¿Conoces el suelo que pisas?”, con la ponencia “El PUEIS: El suelo en la agenda de la UNAM”, manifestó:
De 1993 a 2011 se transformaron cinco millones de hectáreas de áreas naturales en terrenos agropecuarios, zonas urbanas y otras de infraestructura, lo que representó el cambio de 3.8 por ciento de la superficie total de espacios naturales en tan solo 18 años.
A su vez, el presidente de Fundación UNAM, Dionisio Meade y García de León, señaló: tierra y agua son recursos que no se pueden disociar y habría que concebirlos como no renovables, sobre todo si no los cuidamos.
Seguramente en eso subyacen los desafíos del cambio climático, toda vez su alteración daña la Tierra y es, precisamente, en la disponibilidad de agua. Debemos cuidarlos y protegerlos, porque subraya la visión de establecer el Programa Universitario de Estudios Interdisciplinarios del Suelo; porque son fundamentales para nuestra vida, remarcó.
En tanto, el investigador emérito de la UNAM, Jaime Urrutia Fucugauchi, comentó que es particularmente atractivo el trabajo que se requiere para estudiar los suelos, porque el mejor camino para conservar nuestro planeta es entenderlos, lo que requiere investigaciones a partir de diferentes disciplinas.
“Es interesante que la Universidad tenga la iniciativa de instaurar este Programa que abre un potencial muy grande de colaboraciones, sobre todo en la parte de centros de investigación, escuelas, además de sectores empresariales y de gobierno, por lo que esto representa”, estimó el también miembro de la Junta de Gobierno de esta casa de estudios.
Al proseguir, Blanca Lucía Prado recordó que en la UNAM se llevan a cabo 74 proyectos de investigación relacionados con este recurso, de los cuales 30 por ciento están vinculados con la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.
Además, 205 académicos se dedican a su estudio a partir de diferentes áreas del conocimiento y se imparten 100 cursos con respecto al tema en el bachillerato, licenciatura y posgrado.
Observar el suelo, su estado y recuperación es un tema que no puede posponerse, por ello la UNAM lo establece como tema sustancial de su agenda a fin de promover su cuidado y rescate con perspectivas que van de las Ciencias Sociales a las básicas, destacó Blanca Prado.
Es un asunto de todos: del gobierno al reconocerlo como recurso natural no renovable y posicionarlo en la agenda nacional como el elemento fundamental para la prosperidad social, política y ambiental del país; en la academia, su estudio e investigación debe ser interdisciplinario; y en la sociedad, es urgente comprender que de él depende la seguridad alimentaria, hídrica, de salud y energética de la población, mencionó.
Adelantó que el PUEIS trabaja en la puesta en marcha de su proyecto “Suelos en el Bachillerato UNAM”, cuyo objetivo es crear redes que involucren a alumnos y docentes desde las sedes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) y la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) para realizar actividades que refuercen la enseñanza del suelo en este nivel educativo.
La investigadora enfatizó que los objetivos del Programa son promover la investigación interdisciplinaria y que la enseñanza de la ciencia del suelo ocurra de esa forma; es decir, que a los estudiantes se les explique a partir de distintas áreas del conocimiento y el PUEIS lo hará desde el bachillerato.
Para iniciar este plan se trabaja con las secretarías académicas del CCH y la ENP, a fin de generar una estrategia enfocada a profesores y estudiantes, elaboración de materiales y prácticas, detalló la doctora en Hidrología.
La urbanización rápida, abundó, provoca que se pierdan los suelos en la ciudad y lo que hacemos para compensarlos es traerlo de otras zonas preservadas, transportarlo e instalarlo; sin embargo, no se resuelve el problema y genera otro donde se extrajo la tierra.
Por lo anterior, se deben considerar alternativas como construir suelos artificiales utilizando materiales de desechos orgánicos con residuos generales, y crear las condiciones para que sean el soporte de las plantas, propuso.
Prado Pano enfatizó que es importante trabajar en lo que se llama la gobernanza del suelo; es decir, los instrumentos para tomar decisiones sobre este recurso y se consideren los índices de bienestar humano, como el número de metros cuadrados de terreno de área verde por habitante antes de realizar una construcción; es indispensable empezar a trabajar en ello.