El 2021 fue el sexto año más caluroso a nivel global, con un aumento de 1.1 a 1.2 grados centígrados con respecto al periodo preindustrial. Ocho de los diez años más cálidos han ocurrido en la última década y hay estimaciones de que la temperatura aumentará a 1.5 grados centígrados para inicios de 2030 y a dos grados para 2040 en el planeta (con respecto a principios del siglo pasado), estimaron expertos de la UNAM.
“Nuestro país se calienta más rápido que el promedio global. De hecho, en el 2020, que ha sido el año más caliente que hemos registrado, rebasamos los 1.5 grados y estuvimos por arriba de 1.6. Esto se debe a la variabilidad natural y a la tendencia de calentamiento”, advirtió el coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la UNAM, Francisco Estrada Porrúa.
En conferencia de medios a distancia agregó que de 1975 a la fecha, nuestro país se ha calentando aproximadamente 0.3 grados por década, lo que es alto en comparación con otras regiones del planeta. El calentamiento es heterogéneo: mientras que en el centro y gran parte del país está alrededor de dos grados por siglo, hay regiones en el norte que han alcanzado tendencias de hasta seis.
Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey tendrán pérdidas económicas por cambio climático que podrían rebasar mil millones de dólares anuales en esta década de 2020.
El especialista alertó que bajo un escenario de inacción, los retos del cambio climático para México serían enormes. “Los costos acumulados durante este siglo serían comparables a perder entre el 50 por ciento y hasta más de cuatro o cinco veces el producto interno bruto actual”.
Indicó que aumentos mayores a cuatro grados en la temperatura anual podrían alcanzarse durante la década de 2070 en algunas partes, mientras que los ecosistemas difícilmente podrían adaptarse a este cambio. “Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey tendrán pérdidas económicas por cambio climático que podrían rebasar mil millones de dólares anuales en esta década de 2020”.
En la agricultura se prevén reducciones en rendimientos de cinco a 20 por ciento en las próximas dos décadas, y de hasta 80 por ciento a finales del siglo para algunos cultivos y entidades. “Los estados con mayor aptitud actualmente para maíz de temporal podrían perder, a finales de siglo, entre un 30 y un 40 por ciento en rendimientos”.
En tanto, Tamaulipas, Veracruz y San Luis Potosí tendrán los mayores niveles de riesgo por inundación fluvial, así como estados del centro del país.
Se incrementan los riesgos
En su oportunidad, la investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) Paulina Ordóñez Pérez, acotó que los últimos ocho años han sido los más calientes a nivel global, y se observa que el planeta se acerca peligrosamente a los 1.5 grados centígrados, respecto a los niveles preindustriales.
¿Por qué decimos que esto es peligroso? Pues hemos recopilado numerosas evidencias científicas que nos dicen que este aumento de 1.5 grados rebasa un límite seguro para el planeta, porque a partir de allí los riesgos se incrementarán.
Consideró que a nivel global nos estamos alejando de estimaciones positivas, como las del Acuerdo de París. “El cambio climático afecta ya todas las regiones del planeta, de manera más intensa en las zonas continentales del hemisferio norte, y de manera global más de mil 800 millones de personas han padecido como el año más caluroso al 2021”.
Además, vivimos una alerta roja para la humanidad. 2021 ha dejado numerosas muertes y pérdidas derivadas de eventos climáticos extremos.
Por su parte, el también investigador del ICAyCC, Alejandro Jaramillo Moreno, expuso que a la intensa actividad antropogénica que ocasiona el cambio climático, se suman fenómenos naturales como El Niño y La Niña, que son calentamientos (el primero) o enfriamientos (la segunda) anómalos del Océano Pacífico con impacto en el clima global. Tienen oscilaciones y se presentan algunos años y otros no, pero también tienen repercusiones a nivel planetario y regional.
¿Qué hacer?
Entre las soluciones para afrontar el cambio climático, Jaramillo propuso integrar la academia y la protección civil, que son quienes van a reaccionar ante los eventos extremos, para que la sociedad esté preparada para enfrentarlos.
Los especialistas se pronunciaron por afrontar el cambio climático con algunas medidas de mitigación, como lograr concretar la transición energética hacia energías renovables, e incrementar las inversiones en ciencia y tecnología de esta disciplina.
También consumir menos como individuos y lograr un cambio en el modelo social, mantener el suelo de conservación para proteger los acuíferos, incrementar en las ciudades superficies y azoteas verdes, así como modificar los pavimentos hacia materiales permeables que permitan el paso del agua.