Los habitantes pueden contribuir a mejorar el ambiente de la Ciudad de México con áreas verdes en los lugares donde viven para contrarrestar los efectos de la plancha de concreto y asfalto ocasionada por las políticas de gobiernos que no se han preocupado por solucionar las islas de calor y zonas de contaminación, señalaron académicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Al participar en la XIV Feria de Ciencias y Humanidades UAM 2021 con la charla "Azoteas verdes y paredes vivas", el maestro Cruz Lozano Ramírez, académico del Laboratorio de Ficología Aplicada del Departamento de Hidrobiología de la Unidad Iztapalapa, comentó que estos recursos son importantes porque no ocupan parte del espacio urbanístico y podrían incrementar las zonas verdes en la metrópoli.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado que en las urbes cada individuo tenga derecho a cuando menos cinco metros cuadrados de área verde, “pero en la Ciudad de México tenemos alrededor de 0.7 metros cuadrados para cada habitante, lo que genera una gran cantidad de inconvenientes, desde el aspecto psicológico por no poder estar en contacto con la naturaleza hasta otras problemáticas urbanísticas”.
Entonces, los ciudadanos tienen que hacer algo para mejorar el ambiente y poner en práctica estas acciones en azoteas, zotehuelas y balcones, lo cual repercutiría en el aumento de la cantidad de lluvia y mejoraría la calidad del aire, dijo en la charla Azoteas verdes y paredes vivas.
Si bien el Valle de México es una zona con balance positivo hídrico mucha del agua de lluvia se va a los drenajes sin haber sido utilizada. Las azoteas verdes retendrían este ciclo y además permitirían recuperan gran parte de este recurso, pudiendo almacenarla y utilizarla de muchas maneras.
“En el Laboratorio, además de buscar información sobre las azoteas verdes y huertos urbanos, se aborda lo relacionado a preparar el suelo y realizar los cálculos estructurales de las construcciones para no dañar la azotea por la carga extra, también estudiamos las formas de capturar CO2 y de tener sustrato de buena calidad utilizando algas que se encuentran en charcos o en pequeñas pozas donde hay agua que se pone de color verde que muchas veces decimos ya se echó a perder, pero estas “alguitas tienen magia, al poner un poco de este líquido vamos a darnos cuenta que tienen clorofila y hacen maravillas metabólicas porque encontramos cianobacterias que permiten la fijación del nitrógeno”.
La doctora Mónica Cristina Rodríguez Palacio, investigadora del mismo departamento académico, coincidió en la necesidad de mejorar el ambiente en el que vivimos y crear en azoteas, zotehuelas o balcones espacios verdes para mejorar las condiciones tanto ambientales como anímicas, porque a medida que crece la población humana aumentan las construcciones y empiezan a desaparecer estos espacios tan importantes para prevenir el incremento de la temperatura.
“Podemos empezar a desarrollar sitios ideales con plantas colocadas en nuestras azoteas que nos alegren y ayuden a mitigar los gases de efecto invernadero como el bióxido de carbono, que ocupan las plantas para su crecimiento y realizar sus funciones metabólicas.
Teniendo en cuenta que el concreto absorbe el calor durante el día y por la noche lo libera, los ciudadanos pueden contribuir a construir espacios verdes con plantas aromáticas –menta, romero, manzanilla, albahaca– y vegetales como acelgas o espinacas que pueden colocar en botellas de pet reciclables.
La charla "Azoteas verdes y paredes vivas" fue convocada por la Oficina de Divulgación de las Ciencias y las Humanidades de la Coordinación de Extensión Universitaria de la Unidad Iztapalapa de la Casa abierta al tiempo.