México.- La guacamaya verde (Ara militaris) tiene un plumaje color verde olivo y algunas plumas a manera de cinco a seis bandas de color rojo carmesí. La piel del rostro es de color rosa claro. En la nuca, cuello, corona y dorso el tono es más brillante.
Su pico es negro mate y el iris es de color amarillo. Sus patas y dedos de color gris oscuro. Las plumas de la cola presentan en el dorso color rojo profundo o marrón en su base y toman coloración rojo carmesí a azul turquesa hacia las puntas.
Esta especie se alimenta principalmente de plantas, frutos, semillas, hojas, brotes y tallos. La temporada de reproducción es muy variada, dependiendo de su latitud, lo cual está directamente relacionado con la temperatura y el régimen de lluvias, que afecta a su vez la disponibilidad de alimento.
La guacamaya verde conforma grupos de diferentes tamaños que siguen patrones de conducta diarios, como salir a forrajear en la madrugada y regresar al finalizar la tarde a pasar las noches en sitios denominados “dormideros”, mismos que usa de forma persistente durante años.
La distribución actual de la especie en México comprende la vertiente del Pacífico, desde el sur de Sonora a Jalisco y de Colima hasta Guerrero y la vertiente del Golfo de México, desde el este de Nuevo León hasta San Luis Potosí.
La guacamaya verde está considerada en la NOM-059- SEMARNAT-2010 como una especie en peligro de extinción, en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) se encuentra en el Apéndice I (especies en peligro de extinción, por lo que se prohíbe su comercio internacional), mientras que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la cataloga como vulnerable.
Desde octubre de 2008, la Ley General de Vida Silvestre establece en su artículo 60 bis que “Ningún ejemplar de ave correspondiente a la familia Psittacidae o psitácido, cuya distribución natural sea dentro del territorio nacional, podrá ser sujeto de aprovechamiento extractivo con fines de subsistencia o comerciales.”
El nivel de protección que se asigna nacional e internacionalmente a la guacamaya verde se debe principalmente a una drástica disminución de su hábitat.
De 2017 a 2020, la Profepa ha asegurado 176 guacamayas y ha decomisado 81 ejemplares. Para protegerla, la Procuraduría realiza las siguientes acciones:
- Operativos para combatir el tráfico ilegal de esta especie en la cadena que lo compone.
- Operativos para la protección de especies en zonas de distribución de las especies en Áreas Naturales Protegidas y en Ecosistemas de manglar.
- Inspecciones a esquemas legales de aprovechamiento como son las UMAS, PIMVS, Zoológicos, Circos, Delfinarios, Criaderos.
- Inspecciones a poseedores de fauna silvestre como poseedores de mascotas.