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El cambio climático afectará todo lo que conocemos, incluso la producción de cerveza

El cambio climático afectará todo lo que conocemos, incluso la producción de cerveza

El Día Internacional de la Cerveza, que se celebró el viernes pasado, nos recuerda también la importancia de frenar el cambio climático, ya que éste podría llevar a niveles exorbitantes el precio de esta bebida, la más popular del mundo, debido a que eventos como la sequía y el calor extremo afectan los cultivos de cebada.

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El calentamiento global afectará todo lo que conocemos, incluso lo que ni siquiera imaginamos, y la cerveza –sí, esa bebida que muchas personas gustan tomar en un día caluroso, en una playa, con los amigos- es una de las cosas que podrían cambiar a causa del aumento de las temperaturas en el planeta.

De acuerdo con el estudio “Disminución en el suministro mundial de cerveza debido a la sequía extrema y el calor”, realizado por un equipo de investigadores de China, Estados Unidos y Reino Unido, los eventos extremos podrían causar serios daños a los cultivos de cebada, incluso destruirlos.

Las afectaciones repercutirían en el rendimiento de los granos de ese cereal, utilizados para la elaboración de cerveza, e impactaría directamente en su precio y disponibilidad, según los términos básicos del mercado de la oferta y la demanda.

En un artículo publicado en la revista británica Nature Plants, los investigadores advierten que la frecuencia y severidad de la sequía y las olas de calor aumentarán sustancialmente si no se logra frenar el cambio climático.

Nunca antes había sido estudiada la vulnerabilidad del suministro de cerveza ante tales extremos, así que los especialistas la evaluaron en el rango de cinco escenarios climáticos futuros combinados con modelos de cultivos basados en procesos de agrotecnología y un patrón económico global.

Encontraron que los eventos extremos pueden causar disminuciones sustanciales en los rendimientos de cebada en todo el mundo, con pérdidas promedio que varían de 3 a 17 por ciento, dependiendo de la gravedad de las condiciones.

Así, la disminución de cebada disponible conduce a una reducción proporcionalmente mayor de los granos utilizados para hacer la cerveza, lo cual a su vez merma la oferta, eleva los precios y provoca un descenso en el consumo.

Los investigadores citan el ejemplo de Argentina donde la demanda se ha reducido 32 por ciento, y de Irlanda donde los precios han aumentado 193 por ciento.

“Aunque no es el impacto más preocupante del cambio climático futuro, los fenómenos climáticos extremos pueden amenazar la disponibilidad y accesibilidad económica de la cerveza”, concluyen.

El Día Internacional de la Cerveza, que se marca el primer viernes del mes de agosto desde el año 2007, fue establecido básicamente porque es una de las bebidas fermentadas más antiguas de la humanidad, que data aproximadamente del año 4000 antes de Cristo, y una de las más valoradas alrededor del mundo.

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