México.- Cada año, cien mil mamíferos marinos y un millón de aves mueren a causa de la ingesta de plásticos, por enredos, asfixia, estrangulación o desnutrición por estos desechos, señseñaló el grupo ambientalista en una declaración.
Aseveró que, de manera paradójica, los productos de plástico son fabricados para el consumo humano, pero que los animales son los que enfrentan las peores consecuencias de esta industria.
Enfatizó que el 78 por ciento de los desechos plásticos terminan en el océano, causando además daños a los hábitats marinos que amenazan la supervivencia de millones de animales, por lo que dijo es urgente una legislación para evitar la destrucción de la vida marina.
Con “Firma por un México libre de contaminación por plásticos”, Greenpeace instó a la población en general a sumarse a la petición para “prohibir los plásticos de un solo uso y hacer responsables a las marcas de sus envases, empaques y embalajes”.
Afirmó que la vía más rápida para detener este tipo de contaminación es a través del Senado de la República, el cual puede reformar la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR).
Las tortugas son especialmente vulnerables porque se alimentan de medusas y las bolsas de plástico se parecen a esa criatura...
Sin una prohibición de los plásticos de un solo uso continuarán llegando al océano toneladas de desechos y la vida de los animales marinos seguirá en riesgo, advirtió.
Para sensibilizar sobre este problema, indicó que las tortugas son especialmente vulnerables porque se alimentan de medusas y las bolsas de plástico se parecen a esa criatura cuando flotan en el mar, así que las ingieren, pero quedan bloqueadas en su intestino, lo que les hace sentir llenas y dejan de comer hasta que mueren.
Las aves marinas, como patos, buzos, pingüinos albatros, pelícanos, gaviotas o golondrinas, también están en alto riesgo de morir porque pueden quedar enredadas en las redes de pesca y otros desechos plásticos, o bien porque también los ingieren al confundirlos con alimento.
Otros animales amenazados son las ballenas y los delfines, cuyas muertes por residuos plásticos son de sobra conocidas, debido al sinnúmero de cadáveres encontrados en las playas. De hecho, un informe reciente de Greenpeace reveló que más de la mitad de estas especies ha ingerido este tipo de basura.
En cuanto a los lobos marinos, la organización recordó que en marzo pasado el gobierno federal dio cuenta del rescate de un ejemplar en Baja California Sur que tenía una herida profunda en el cuello provocada por un empaque plástico que llevaba incrustado desde hace dos años.