Algunos de los contaminantes del aire, por sus efectos en la salud de la población, han sido normados y se han establecido límites máximos de concentración en el aire.
Estos contaminantes son conocidos como criterio, incluyen: el ozono (O3), el monóxido de carbono (CO), el dióxido de azufre (SO2), el dióxido de nitrógeno (NO2), el plomo (Pb), las partículas suspendidas totales (PST), y las partículas suspendidas menores a 10 y a 2.5 micrómetros (PM10 y PM2.5).
Para poder determinar la concentración de cada contaminante se han desarrollado numerosas técnicas para medir estas concentraciones.
Al detectar la concentración de contaminantes del aire ambiente se determina su calidad.
Hay dos tipos de contaminantes emitidos a la atmósfera de forma directa, ya sea a través de una fuente natural o antropogénica.
- Contaminantes primarios, por ejemplo, el monóxido de carbono y el dióxido de nitrógeno.
- Contaminantes secundarios, son resultado de las reacciones químicas entre contaminantes primarios y otros componentes del aire (por ejemplo el ozono, que se forma de la reacción entre el dióxido de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles.
En síntesis, la calidad del aire puede ser definida por indicadores o índices preestablecidos que determinan la concentración de contaminantes en el aire ambiente ligada a escalas que califican esa calidad de forma cualitativa, cromáticas o numérica.
Ejemplo de este tipo de índices es el Índice Metropolitano de Calidad del Aire, IMECA, que se utiliza en la Zona Metropolitana del Valle de México, ZMVM.