Quito.- Se trata de una rana que ha sido bautizada como Lynchius megacephalus, voz latina que significa cabeza grande, y que ha sido localizada en la cordillera andina del sur de Ecuador, en páramos del Parque Nacional Yacuri, próximo a la frontera con Perú.
El autor principal del estudio, Juan Carlos Sánchez, investigador de la Universidad de la provincia de Azuay (sur de Ecuador), explicó que la zona donde se localizó al ejemplar "se ha muestreado por un buen tiempo".
"Como el animal tiene una morfología muy peculiar, con una cabeza desproporcionada y la forma del cuerpo de una rana adaptada al medio terrestre, sumado a su aspecto inusual, nos dio la pista de algo excepcional", dijo el joven investigador.
En el estudio, que forma parte de un proyecto de investigación que comenzó con una tesis de grado y posteriormente la descripción de otras nuevas especies, han participado también científicos de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador de Quito y del Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO), así como de las universidades de Florida Central y la Nacional de Colombia.
El anfibio, del que solo se ha localizado un único ejemplar, se caracteriza por tener un cráneo de grandes dimensiones y fuertemente osificado, un fenómeno que los investigadores denominan exostosis craneal espiculada, o lo que es lo mismo, crestas craneales.
En las fotos incluidas en el estudio se aprecia que la rana, que habita los bosques montañosos del sur del país, es de color marrón oscuro con algunos ribetes negros y la cabeza tiene un gran volumen en relación al cuerpo.
Los análisis filogenéticos y morfológicos determinaron que el ejemplar, encontrado en la reserva de Tinajillas-Río Gualaceño, en la provincia de Morona Santiago, era una nueva especie no descrita y hermana de la recientemente descubierta Lynchius tabaconas en Perú.
De acuerdo al artículo científico sobre el hallazgo publicado por la revista especializada "Zootaxa", los investigadores emplearon pruebas morfológicas y genéticas para la descripción de la nueva especie de anfibio.
El tamaño y osificación de la cabeza distingue a esta especie de sus congéneres más cercanos.
Además, el animal presenta en su región dorsal varias protuberancias de pequeño tamaño de forma subcónica y pronunciadas rugosidades en el dorso.
Mario Yánez, participante en el estudio e investigador de INABIO, cuya sede se encuentra en Quito, indicó que las instituciones ecuatorianas apoyaron la línea de investigación de Sánchez y que, "parte de los resultados y el trabajo es la descripción de esta nueva rana terrestre".
"Es una especie que a primera vista fue tan conspicua de ver, un animal tan diferente a otros linajes...", manifestó antes de aclarar que, pese a su particularidad morfológica, para el proceso de descripción se necesitaban "más líneas de evidencia".
Para ello se extrajo material genético del único ejemplar encontrado y pruebas con rayos-X, que arrojaron luz sobre la especificidad del hallazgo y reveló que se diferenciaba de todas las especies de Lynchius conocidas y distribuidas entre Ecuador y Perú.
"Pero su característica está en su cabeza, en el proceso de exostosis que resulta en un cráneo muy rugoso fusionado con su piel", subrayó Yánez.
La investigación se prolongó año y medio con visitas habituales a la reserva hasta que se localizó al ejemplar, precisó el investigador del INABIO, quien adelantó que, en el marco de las indagaciones y del "muestreo molecular", los científicos están tras la pista de otra especie de anfibio de la misma familia, la Lynchius pakeri, de la que se tenía noción de su presencia en Perú, pero no en Ecuador.
El estudio concluye que solo seis especies de Lynchius, dos de los cuales se registraron en Ecuador, y la descripción del nuevo genotipo, al que se sumarían especímenes de la rana parkeri en territorio ecuatoriano, sugieren que la diversidad de estos ejemplares que habitan los ecosistemas limítrofes está subestimada.