Con un total de ocho y media toneladas de residuos electrónicos y eléctricos y 500 kilogramos de pilas recopiladas concluyó la primera Jornada de Reciclatrón 2022 que se realizó el jueves 19 y viernes 20 de mayo en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), después de la pausa forzosa por la pandemia.
La comunidad universitaria y vecinos de las alcaldías Iztapalapa, Benito Juárez, Coyoacán y Xochimilco acudieron al centro de acopio localizado en la puerta número 5 de la citada sede, para entregar televisores, monitores, máquinas de cómputo, CP, laptops, impresoras, microondas, aspiradoras, cafeteras, minicomponentes, celulares, cargadores y pilas.
Con esta acción, la Casa abierta al tiempo –en coordinación con la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México– promueve entre la ciudadanía el manejo correcto, separación y reciclaje de desechos electrónicos y eléctricos, desde hace nueve años.
Aunque la asistencia fue menor el primer día, este viernes se incrementó de manera considerable e incluso académicos desecharon algunos objetos obsoletos que no ocupan más en los laboratorios.
De esta manera, durante dos días 133 familias y 15 empresas acudieron a la explanada de la Unidad para entregar sus residuos y contribuir con ello a una mayor contaminación ambiental.
Las empresas de la Ciudad de México también asistieron a esta jornada para entregar desechos que no utilizan y a cambio reciben de manera gratuita un certificado de destrucción, documento legal que forma parte de su expediente verde para legitimar el manejo correcto de electrónicos.
El licenciado Luis Miguel Arévalo Ahuja, coordinador del Reciclatrón, indicó que a finales de octubre la Jornada se realizará en la Unidad Azcapotzalco, y a partir del año próximo será retomada la relación con la Unidad Xochimilco para, de esta forma, volver a tener presencia de las tres sedes tres en el calendario de la Sedema.
A pesar de que el programa estuvo suspendido, “contamos con buena disposición tanto en la comunidad como en las autoridades de la universidad, quienes de nueva cuenta abrieron sus espacios para que la gente deposite sus electrónicos y eléctricos, lo que comprueba el interés de la gente y de las empresas en el tema del reciclaje”.
Sin duda, “las pilas son las que más contaminan, pues una sola del tamaño de un botón es capaz de contaminar 300 mil litros de agua; por tanto, hago un llamado para separarlas en contenedores exclusivos, como en botes del champú o jabón, ponerle un letrero y colocarlo a la entrada del edificio”.
El también coordinador de Capacitación del área de Cultura Ambiental de la Sedema reiteró el llamado a ayudar a acopiar pilas y baterías eléctricas desechables, “porque es un tipo de residuo que no debe mezclarse bajo ningún motivo con la basura doméstica, toda vez que contiene una serie de químicos y metales pesados que al contacto con los jugos lixiviados de la basura produce una contaminación delicada”.
Arévalo explicó que lo acumulado durante las jornadas es trasladado a bodegas del Centro de Reciclaje RECUPERA donde se seleccionan monitores, CPU y teléfonos para su desensamble y separación de componentes, pues cerca de 85 por ciento de los materiales son reciclables.