Quintana Roo.- Bolsas, vasos, botellas de plásticos y otros desechos invaden el Área Natural Protegida de Sian Ka’an, en la Riviera Maya, y representan un riesgo para los ecosistemas, por lo que investigadores y activistas de Greenpeace exhortaron a legisladores y a la ciudadanía en general a detener la contaminación.
“Este tipo de contaminación representa un riesgo para la biodiversidad de estos ecosistemas”, afirmó Omar Rivera Garibay, investigador del Instituto de Ciencias del Mar de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Puntualizó que “la fauna marina, comunidades de aves, peces y colonias coralinas claves en la formación estructural de los arrecifes, están en contacto directo con estos desechos pudiendo tener implicaciones fisiológicas negativas en su desarrollo”.
La organización Greenpeace México e investigadores de la UNAM documentaron con fotografías esta contaminación en los ecosistemas terrestres (playas, selvas y manglares) y los acuáticos (arrecifes coralinos y pastos marinos).
Activistas e investigadores encontraron botellas, envolturas, contenedores, tampones, cepillos de dientes, tazas de baño y desechos de construcción, entre muchos materiales. Además, identificaron que la contaminación proviene de México como de otros países.
La reserva que se vio afectada por varios incendios este año, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1987.
“La contaminación plástica en Sian Ka’an, un santuario del Mar Caribe catalogado como Reserva de la Biósfera y Patrimonio de la Humanidad, donde aún el ingreso y las actividades humanas están restringidas, exhibe el gran alcance que tiene la crisis de los plásticos”, explicó Ornela Garelli, coordinadora de la campaña Océanos sin Plástico de Greenpeace México.
“El problema es que se producen demasiados plásticos de un solo uso para empaquetar casi cualquier cosa que compramos. La vida útil de estos plásticos se limita a 15 o 20 minutos, en lo que usamos el producto, y luego los desechamos”, explicó.
Refirió que “estos plásticos pueden tardar cientos o miles de años en descomponerse en la naturaleza y, como se puede ver aquí en Sian Ka’an, llegan hasta los lugares más remotos del mundo, incluso donde casi no hay actividad humana”.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala que el mundo produce unas 300 millones de toneladas de residuos plásticos cada año y solo el 14 por ciento se recolecta para el reciclaje. De esa cifra ocho millones llegan a los océanos cada año; se hunden, flotan o quedan en las playas, y estiman que de no revertirse esa situación en 2050 habrá más plástico que peces en el océano.
Miguel Rivas, líder de la campaña, apuntó que en el congreso se discuten distintas iniciativas a fin de atender ese problema, por lo que exhortó a los legisladores a crear normas que ayuden a eliminar la contaminación por plásticos desde su origen.
“Las áreas naturales protegidas son paraísos que debemos cuidar y proteger de la contaminación plástica, no sólo por su belleza natural, ya de por sí impresionante, sino por los grandes servicios ambientales que prestan a México y al mundo”, puntualizó.
Llamó al poder Ejecutivo, a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), a emprender medidas efectivas para hacer frente a la contaminación plástica.
“Es urgente que el gobierno de México decida proteger el patrimonio natural y paisajístico de la contaminación que generan las empresas que quieren vendernos plástico de manera descontrolada e impune”, aseveró.