M´xico.- El proyecto Resiliencia, apoyado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF por sus siglas en inglés), ejecutado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) e implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), tiene como objetivo reducir los impactos adversos del cambio climático sobre la biodiversidad y las comunidades humanas, a través del fortalecimiento de la efectividad de manejo y la configuración espacial de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) de México.
La Conanp apuntó que Resiliencia busca fortalecer aspectos institucionales, socioeconómicos y ecosistémicos. Se implementa en 17 ANP federales, en una superficie de 7.8 millones de hectáreas, incluyendo 12 ecorregiones que abarcan ambientes terrestres, costeros y marinos.
El proyecto tiene tres componentes que responden a las necesidades de resiliencia de la biodiversidad y de las comunidades en las ANP:
- Mejoramiento del Sistema de Áreas Naturales Protegidas
- Expansión del Sistema de Áreas Naturales Protegidas;
- Mejoramiento de la efectividad del manejo de 17 ANP para la reducción de impactos y amenazas específicas del cambio climático a la biodiversidad y a las poblaciones.
La dependencia indicó que en el último año, junto con Resiliencia y socios locales, han implementado en las ANP de la iniciativa diversas medidas de adaptación al cambio climático, con el fin de disminuir la vulnerabilidad de los ecosistemas y de las comunidades que dependen de ellos.
Señaló que la transversalización de la perspectiva de género ha sido un principio fundamental en la implementación de las acciones del proyecto en el territorio ya que la brecha de género prevalece en las ANP. Por ello, es necesario fortalecer las capacidades para entenderla y disminuirla en el territorio. Destacan los ejemplos de Terra Peninsular A.C. y Foro para el Desarrollo Sustentable, A.C.
Terra Peninsular
Para trabajar bajo el enfoque de género y el empoderamiento de las mujeres, esta organización comenzó con una participación muy focalizada de algunas mujeres de su equipo de trabajo y del área protegida.
Para ello, diseñaron y ejecutaron un proceso de observación, con una guía de género para identificar el grado de participación de las mujeres en las distintas actividades que llevaron a cabo, con el fin obtener información relevante para atender la brecha de género en este y en futuros proyectos.
Los resultados permitieron identificar las principales barreras para que las mujeres participaran activamente en el proyecto y se puso especial cuidado en su atención.
Fue el caso del taller “Uso de motosierra y remoción de combustibles en incendios forestales”, en el que predominó la presencia masculina, que se encontraba renuente a las capacidades de las mujeres asistentes, pero conforme fue desarrollándose el taller, se fueron mostrando receptivos respecto al rol de las mujeres en el combate a incendios.
Otro cambio significativo, fue la percepción de las mujeres sobre su propia participación y la de los hombres hacia ellas. Las mujeres manifestaron que la toma de decisiones se volvió más colaborativa y consensuada, que sus opiniones se tomaron más en cuenta y que mejoraron los procesos de comunicación con ellas.
Terra Peninsular comparte algunas recomendaciones puntuales para seguir trabajando en reducir la brecha de género:
- Promover la participación (no solo la asistencia) de mujeres en brigadas
- Diseñar estrategias para una mayor participación de las mujeres y ampliar los espacios de participación
- Promover el liderazgo y participación de las mujeres en la toma de decisiones
- Promover la equidad de género entre los equipos de trabajo
- Fortalecer las capacidades de las brigadas en diversos temas, incluyendo la participación de las mujeres
- Promover la participación e integración de la comunidad en las acciones de conservación y protección
El vivero es ahora reconocido como un beneficio para ellas y la comunidad, así como un medio de vida viable que representa un avance hacia el empoderamiento de las mujeres, a través de la posibilidad de generar recursos monetarios propios.
Las capacidades para formar redes de colaboración y el desarrollo de habilidades de organización han sido claves para empoderar a este grupo.
De ser unas cuantas mujeres interesadas en atender el vivero, se convirtieron en un grupo consolidado, con una identidad propia y competencias instaladas para hacer frente a los efectos adversos del cambio climático y participar activamente en la restauración de los ecosistemas.
Foro para el Desarrollo Sustentable
Destaca el trabajo de Foro para el Desarrollo Sustentable en la Reserva de la Biosfera Selva el Ocote, en el que desde el principio se promovió la participación de mujeres en las distintas actividades relacionadas con la implementación de actividades para fortalecer la conectividad de las selvas húmedas.
Uno de sus principales esfuerzos fue fortalecer el grupo de mujeres viveristas, para lo que la organización dedicó mucho esfuerzo y tiempo en desarrollar las capacidades y habilidades técnicas de las mujeres en el manejo del vivero y en la producción de plantas.
Es importante resaltar que la intención trabajar bajo el enfoque de género fue constante, por lo que cada uno de los talleres realizados en las comunidades, desde el diseño, hasta la planeación y desarrollo, siguieron este enfoque.
El trabajo de ambas organizaciones son ejemplos de buenas prácticas, que pueden ser replicadas en trabajos futuros con otros socios locales, comunidades de las ANP y los equipos de manejo de la Conanp.
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