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Nueva York.- En las elecciones primarias del Partido Demócrata "ha habido un cambio muy drástico respecto al cambio climático", asegura el investigador de la Universidad de Columbia Peter Marsters.
Para Marsters, si bien en las elecciones de 2016 y de 2018 "el cambio climático no estaba entre los 10 temas más discutidos como la salud, las armas, la economía o el trabajo", ni los candidatos le dedicaban tiempo en los discursos o espacio en sus tuits; en las primarias que están en marcha esta tendencia se ha revertido.
"Sin duda alguna, ahora, uno de los cinco temas más importantes en las primarias demócratas es el cambio climático", dice.
Tal es así, que el canal de televisión CNN dedicó un maratón televisivo de siete horas dedicado a recoger las propuestas de los aspirantes a batirse con el actual presidente, el republicano Donald Trump, en los comicios de 2020.
Alexandria Villaseñor, la joven estadounidense de 14 años que desde hace meses protesta todos los viernes frente a la sede de Naciones Unidas en Nueva York, cuenta la importancia de presionar a los políticos y a quienes toman las decisiones para que se pueda revertir la crisis climática.
Villaseñor, involucrada en el movimiento de "Los Viernes para el Futuro" inspirados en la joven sueca Greta Thunberg, llama la atención sobre la "concienciación que se puede conseguir con una sola acción", en referencia a esta iniciativa, que insta a los jóvenes a protestar todos los viernes contra la emergencia climática.
Greta, de la que Villaseñor se declara seguidora, comenzó el verano de 2018 una huelga cada viernes delante del Parlamento sueco para reclamar medidas más efectivas contra el cambio climático, una iniciativa que se extendió a muchas partes del mundo y que a Estados Unidos llegó de la mano de jóvenes como Alexandria.
Villaseñor, de origen mexicano, y que participará junto a Greta en la próxima cumbre del clima de la ONU, insiste en la importancia de hacer un llamamiento global y de continuar con las protestas para "cambiar la conversación de la opinión pública".
Por su parte, Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace Internacional, subraya que "las urnas realmente importan".
Morgan, que destaca el papel de las jóvenes generaciones en la revitalización del movimiento en favor del medio ambiente, sostiene que en aquellos países donde hay votaciones los políticos se están viendo obligados a responder a las reivindicaciones climáticas de los ciudadanos.
"Se está viendo en las elecciones europeas, donde el voto de los partidos verdes es cada vez más consistente, y en Estados Unidos vemos a los candidatos demócratas", dice.
El experto de la Universidad de Columbia subraya que en este cambio en EUA han influido, sobre todo, dos factores.
Uno de ellos, "la posición del partido (Republicano) en la Casa Blanca, que rechaza el cambio climático y que ha revocado leyes relacionadas con el medio ambiente y el clima", y que ha empujado a la oposición demócrata a insistir sobre esta cuestión.
El segundo, para Marsters, es el "momento" de la presión juvenil y los movimientos progresistas de base, "que han llevado esta cuestión al frente del campo de batalla y han forzado a los candidatos a hablar" del medio ambiente.
Uno de estos grupos es el Movimiento Sunrise, conocido por su apoyo a la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, la política más joven en entrar en el Congreso de los Estados Unidos y que se ha convertido en paladín de la lucha contra el cambio climático.
Ocasio-Cortez, conocida y muchas veces criticada por sus posturas más progresistas dentro de su partido, el Demócrata, es una de las patrocinadoras más visibles, junto al senador y candidato a las primarias, Bernie Sanders, del conocido como el "Gran Pacto Verde" ("Green New Deal").
Este pacto, que cuenta con el rechazo del Partido Republicano e incluso con el de parte de las filas demócratas más conservadoras, pretende que Estados Unidos neutralice sus emisiones de gases con efecto invernadero en un plazo de 10 años, produciendo el 100 por ciento de su energía mediante fuentes renovables.
"Los políticos deberían tomar el cambio climático muy seriamente", concluye el profesor de Columbia, porque no hay tiempo que perder y porque cuanto antes se emprendan estos cambios "más vidas se salvarán y más dinero se ahorrará".