Nairobi .- La economista Inger Andersen era hasta ahora directora general de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la mayor organización medioambiental del mundo, que reúne a gobiernos y organizaciones de la sociedad civil.
"Estoy orgullosa y emocionada por trabajar en el Programa de la ONU para el Medio Ambiente en la bella Kenia en un momento crítico para la humanidad", dijo en un comunicado Andersen, después de asumir oficialmente el cargo el pasado sábado.
El Programa de Naciones Unidas para el Medioambiente, creado en 1972 y con sede en la capital de Kenia, es el principal responsable de los asuntos ambientales y de desarrollo sostenible de la organización.
La nueva jefa del programa de medio ambiente de la ONU explicó que en las próximas semanas y meses trabajará para fijar las prioridades de la organización, que se enfrenta a retos "monumentales", con el fin de "trabajar para un medio ambiente más sano que permite prosperar a toda la humanidad".
"Hay algo en el aire. No hablo de la contaminación o de las emisiones de gases invernadero. Hablo del cambio que la humanidad necesita para abordar estos y otros retos medioambientales, que han puesto a nuestro planeta y nuestras sociedades en un peligro inminente", señaló la nueva directora en su primera carta abierta.
Andersen fue propuesta para el puesto a principios de diciembre pasado por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y refrendada el 20 de febrero en una reunión plenaria de la Asamblea General de la ONU.
En la jefatura del PNUMA, conocido también como ONU Medioambiente, Andersen reemplazará al noruego Erik Solheim, que dimitió el pasado noviembre tras una auditoría sobre sus grandes gastos en viajes.
Según ese informe, Solheim había gastado cerca de medio millón de dólares en continuos viajes, ignorando reglas internas y poniendo en duda el compromiso de reducir las emisiones de dióxido de carbono en la aviación que defiende la ONU.
Antes de llegar a la UICN, Andersen había ocupado varios cargos en Naciones Unidas y en el Banco Mundial (BM), donde, entre otras responsabilidades, fue vicepresidenta para Oriente Medio y el Norte de África y vicepresidenta para Desarrollo Sostenible.
"Nunca antes el mandato medioambiental había sido más visible, reconocido y aplicado. Pero, una vez más, nunca antes ha habido tanto en juego", explicó Andersen en la citada carta.