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Nueva York.- El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la empresa multinacional Anheuser-Busch InBev (AB InBev) indicaron en un informe conjunto que el cambio climático aumentará la presión sobre las poblaciones de especies de agua dulce, que ya se han visto impactadas en un 83 por ciento en promedio desde 1970.
El informe muestra cómo un compromiso colectivo para una mejor gestión de los recursos de agua dulce, particularmente al confiar en soluciones basadas en la naturaleza, puede impulsar los esfuerzos globales para enfrentar los riesgos climáticos más graves.
"Todo el mundo sabe que el cambio climático afectará principalmente a nuestras comunidades, ciudades y empresas a través del agua; pese a ello, salvaguardar la salud de los ríos y humedales del mundo -nuestros sistemas de soporte de vida de agua dulce- sigue estando muy por debajo en la lista de prioridades globales", afirmó Stuart Orr, líder de la Práctica de Agua Dulce de WWF Internacional.
"Ya estamos viendo sequías extremas desde Chile hasta Chennai e inundaciones históricas desde el Medio Oeste de Estados Unidos hasta Mozambique, y lo peor está en camino. Pero podemos ser más resilientes a los impactos del clima si los gobiernos y las empresas aplican urgentemente políticas, prácticas e inversiones que reconozcan todo el valor que representan los sistemas saludables de agua dulce", destacó.
Los ríos actualmente irrigan 190 millones de hectáreas, lo que representa aproximadamente una cuarta parte de la producción mundial de alimentos.
"Invertir en una mejor gestión de los ríos y humedales no solo es bueno para nuestros recursos de agua dulce, sino que también garantizará que seamos más resilientes a los impactos del clima. Los sistemas de agua dulce saludables sustentarán comunidades, economías y ecosistemas más resilientes al clima", dijo Orr.
El informe detalló cómo el cambio climático afectará los ecosistemas de agua dulce al cambiar la cantidad, la calidad y el tiempo de los suministros, incluidas las variaciones en los patrones de lluvia y el derretimiento del manto de nieve.
“Junto con los cambios en las estaciones y las temperaturas, estos cambios tendrán un gran impacto en la seguridad alimentaria, ya que los ríos actualmente irrigan 190 millones de hectáreas, lo que representa aproximadamente una cuarta parte de la producción mundial de alimentos”, consideró.
“Los ecosistemas saludables de agua dulce también son cruciales para la supervivencia de las pesquerías, que proporcionan proteínas vitales para cientos de millones de personas en situación vulnerable”, dijo.
Las sequías relacionadas con el clima, las inundaciones y los cambios en los flujos de los ríos también afectarán la generación de electricidad, ya que se necesitan suministros de agua confiables para enfriar las centrales eléctricas y alimentar las centrales hidroeléctricas existentes, apuntó.
Se necesitarán políticas innovadoras, incluido un cambio global hacia soluciones basadas en la naturaleza, lo que deberá ser el núcleo de los esfuerzos para lograr que la infraestructura sea más resiliente a los impactos del clima y reducir el riesgo hídrico, consideró el informe.
El informe fue dado a conocer en Nueva York antes de la revisión del Foro Político de Alto Nivel de la ONU sobre el Desarrollo Sostenible, que se llevará a cabo hasta el próximo jueves, en la meta relacionada al clima, Cambio Climático y Agua: Por qué valorar los ríos es fundamental para la adaptación.