Ginebra/Dubái (OMM). A lo largo del año 2023 se han batido récords climáticos y se han producido fenómenos meteorológicos extremos que han dejado un rastro de devastación y desesperación, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En la versión provisional del informe de la OMM sobre el estado del clima mundial se confirma que 2023 va camino de ser el año más cálido jamás registrado. Los datos recabados hasta finales de octubre muestran que el año en curso se situó aproximadamente 1.40 grados Celsius (con un margen de incertidumbre de ±0.12 °C) por encima del valor de referencia representativo de la era preindustrial (1850-1900).
Al comparar el año 2023 con 2016 y 2020, los años más cálidos hasta la fecha, la diferencia es tan importante que, con toda probabilidad, los valores que se registrarán en los dos últimos meses del año no repercutirán en la clasificación.
Los últimos nueve años, de 2015 a 2023, han sido los más cálidos de los que se tiene constancia. Además, es probable que el efecto de calentamiento del actual episodio de El Niño —que se instauró durante la primavera de 2023 del hemisferio norte y rápidamente cobró fuerza durante el verano— intensifique todavía más el calor en 2024, dado que las consecuencias de este fenómeno en las temperaturas mundiales suelen ser más importantes después de que el episodio haya alcanzado su punto álgido.
"Las concentraciones de gases de efecto invernadero baten todos los récords. Las temperaturas mundiales registran máximos históricos. La subida del nivel del mar no tiene precedentes. La extensión del hielo marino de la Antártida nunca antes fue tan baja. Esta sucesión de frases es una cacofonía ensordecedora de discos rayados", afirmó el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas.
"No son meras estadísticas. Corremos el riesgo de perder la oportunidad de salvar nuestros glaciares y frenar el aumento del nivel del mar. No podemos volver al clima del siglo XX, pero debemos actuar ahora para limitar los riesgos de un clima cada vez más inhóspito en este siglo y en los venideros", declaró.
Los fenómenos meteorológicos extremos destruyen vidas y medios de subsistencia a diario. Por tanto, es preciso velar por que todo el mundo esté protegido mediante servicios de alerta temprana", explicó.
Los niveles de dióxido de carbono (CO2), un gas que retiene el calor en la atmósfera, son un 50 % superiores a los de la era preindustrial. Y a raíz de su prolongado período de vida, las temperaturas seguirán aumentando durante muchos años.
La tasa de incremento del nivel del mar entre 2013 y 2022 es más del doble que la registrada durante el primer decenio de la era satelital (1993-2002) a causa del continuo calentamiento de los océanos y la fusión de glaciares y mantos de hielo.
Al final del invierno del hemisferio sur se alcanzó la extensión máxima anual del hielo marino antártico. El valor observado fue el más bajo del que se tiene constancia: 1 millón de km2 menos que el mínimo histórico anterior, esto es, una superficie mayor que el tamaño de Francia y Alemania juntas. La temporada de deshielo de los glaciares de América del Norte y Europa volvió a ser extrema. Según el informe de la OMM, en los dos últimos años los glaciares suizos han perdido cerca del 10% de su volumen residual.
En el informe se muestra el alcance mundial del cambio climático y se exponen de forma sucinta sus repercusiones socioeconómicas, en particular en cuanto a la seguridad alimentaria y los desplazamientos de población.
"Este año comunidades de todo el mundo han sido víctimas de incendios, crecidas y temperaturas abrasadoras. Los récords de calor registrados en todo el mundo deberían provocar escalofríos a los líderes mundiales", declaró el Secretario General de las Naciones Unidas, señor António Guterres.
En un mensaje de video difundido con motivo de la presentación del informe de la OMM sobre el estado del clima, el señor Guterres insta a los dirigentes a que se comprometan a adoptar con urgencia medidas relacionadas con el clima en las negociaciones de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que tendrán lugar en el marco del 28º período de sesiones de la Conferencia de las Partes (CP 28) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). "Todavía hay esperanza", dijo.
"Contamos con la hoja de ruta que nos permitiría limitar el aumento de la temperatura mundial a 1.5 °C y evitar un caos climático que entrañaría terribles consecuencias. Pero necesitamos que en la CP 28 los dirigentes den el pistoletazo de salida a una carrera para alcanzar el objetivo de limitar el calentamiento a 1.5 °C. Para ello deberán establecer expectativas claras para la próxima ronda de planes de acción climática y comprometerse a colaborar y a aportar los fondos necesarios para hacerlas realidad; comprometerse a triplicar la capacidad de generación de energía mediante fuentes renovables y duplicar la eficiencia energética; y comprometerse a eliminar progresivamente los combustibles fósiles, fijando un calendario claro acorde con el límite de 1.5 °C", afirmó el señor Guterres.
En 2022, el incremento de capacidad en cuanto a energías renovables fue de casi un 10%, siendo la energía solar y la energía eólica las más destacadas.
La versión provisional del informe de la OMM sobre el estado del clima mundial se publicó para fundamentar las negociaciones de la CP 28 de Dubái. En esa publicación se combinan aportaciones de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN), los Centros Regionales sobre el Clima (CRC), los asociados de las Naciones Unidas y destacados científicos especializados en clima. Las cifras relativas a la temperatura son el resultado de la consolidación de seis importantes conjuntos de datos internacionales.
La versión definitiva del informe sobre el estado del clima mundial en 2023, así como los correspondientes informes regionales, se publicarán en el primer semestre de 2024.
Gases de efecto invernadero
Las concentraciones de los tres gases de efecto invernadero más abundantes —dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O)— alcanzaron niveles sin precedentes en 2022, el último año para el que se dispone de valores mundiales consolidados. Los datos en tiempo real de determinados emplazamientos indican que las concentraciones de esos tres gases siguieron aumentando en 2023.
Temperatura mundial
La temperatura media mundial cerca de la superficie registrada en 2023 (hasta octubre) se situó en torno a 1,40 (±0,12) °C por encima de la media del período 1850-1900. Según los datos disponibles hasta octubre, es prácticamente seguro que 2023 será el año más cálido de los últimos 174 años que conforman el registro de observación, superando por tanto los anteriores años más calurosos: 2016, que se situó 1.29 (±0,12) °C por encima de la media de 1850-1900, y 2020, que superó en 1.27 (±0,13) °C la media del período indicado.
Entre abril y octubre se registraron temperaturas mundiales mensuales sin precedentes en el océano, y un poco más tarde, desde julio hasta octubre, esos récords de temperatura se trasladaron a los valores observados en tierra.
Los meses de junio, julio, agosto, septiembre y octubre de 2023 superaron con creces los máximos registrados anteriormente para cada uno de esos meses en todos los conjuntos de datos utilizados por la OMM para elaborar el informe sobre el estado del clima mundial. Julio suele ser el mes más cálido del año en todo el mundo, por lo que julio de 2023 se ha convertido en el mes más cálido del que se tiene constancia.
Temperatura de la superficie del mar
A partir del final de la primavera del hemisferio norte, la temperatura media de la superficie del mar a escala mundial alcanzó un máximo histórico para esa época del año. Entre abril y septiembre (el último mes para el que se dispone de datos) se batieron todos los récords de temperatura, y los nuevos valores máximos correspondientes a los meses de julio, agosto y septiembre superaron ampliamente los récords anteriores (en márgenes comprendidos entre 0,21 y 0,27 °C). Se registraron valores excepcionalmente altos en el Atlántico Norte oriental, el golfo de México y el Caribe, así como en amplias zonas del océano Austral, y se produjeron olas de calor marinas generalizadas.
Contenido calorífico de los océanos
El contenido calorífico de los océanos alcanzó su nivel más alto en 2022, el último año completo para el que se dispone de datos en los 65 años de registro observacional.
Se prevé que el calentamiento continúe y provoque un cambio irreversible durante siglos e incluso milenios. Todos los conjuntos de datos indican que los índices de calentamiento oceánico han aumentado de forma muy marcada en los dos últimos decenios.
Subida del nivel del mar
Según los datos recabados desde 1993, año en que empezaron a obtenerse observaciones por satélite, el nivel medio del mar a escala mundial alcanzó en 2023 un máximo histórico, una prueba del calentamiento continuado de los océanos y de la fusión de glaciares y mantos de hielo. En los últimos diez años (2013-2022), la tasa de aumento del nivel medio del mar a escala mundial es más del doble que la observada en el primer decenio de la era satelital (1993-2002).
Criosfera
La extensión del hielo marino de la Antártida alcanzó en febrero un mínimo histórico absoluto desde que en 1979 empezara la era de las observaciones satelitales. A partir de junio, la superficie cubierta de hielo se redujo hasta un mínimo histórico para esa época del año. El máximo anual se alcanzó en septiembre: 16,96 millones de km2, aproximadamente 1.5 millones de km2 menos que la media del período 1991-2020 y 1 millón de km2 por debajo del máximo más bajo jamás observado, que se remonta a 1986.
En el Ártico, la extensión del hielo marino se mantuvo muy por debajo de lo normal, y los valores anuales máximo y mínimo fueron, respectivamente, el quinto y el sexto más bajos jamás registrados.
En la parte occidental de América del Norte y en los Alpes europeos, la temporada de deshielo de los glaciares fue extrema. En Suiza, los glaciares han perdido alrededor del 10% de su volumen residual en los dos últimos años.
Eventos meteorológicos y climáticos extremos
Los eventos meteorológicos y climáticos extremos tuvieron considerables repercusiones en todos los continentes habitados. Cabe destacar importantes inundaciones y crecidas, ciclones tropicales y episodios de calor extremo y sequía, con los consiguientes incendios forestales asociados.
Las inundaciones causadas por las precipitaciones extremas debidas al ciclón mediterráneo Daniel afectaron a Grecia, Bulgaria, Türkiye y Libia. En este último país, el balance de víctimas mortales fue especialmente elevado en septiembre.
Entre los meses de febrero y marzo, Freddy, uno de los ciclones tropicales más longevos del mundo, afectó gravemente a Madagascar, Mozambique y Malawi. En mayo, el ciclón tropical Mocha fue uno de los más intensos jamás observados en el golfo de Bengala.
El calor extremo azotó muchas partes del mundo. Algunos de los episodios más significativos se produjeron en el sur de Europa y el norte de África, especialmente en la segunda quincena de julio, cuando el calor fue intenso y excepcionalmente persistente. En Italia se alcanzaron 48.2 °C, y se registraron máximos históricos en Túnez (Túnez) (49.0 °C), Agadir (Marruecos) (50.4 °C) y Argel (Argelia) (49.2 °C).
La temporada de incendios forestales en Canadá superó con creces todas las anteriores. La superficie total quemada a nivel nacional hasta el 15 de octubre fue de 18.5 millones de hectáreas, más de seis veces la media decenal (2013-2022). Los incendios también provocaron graves episodios de contaminación por humo, sobre todo en zonas densamente pobladas del este del Canadá y del noreste de los Estados Unidos. El fuego más letal del año tuvo lugar en Hawái, donde se notificaron al menos 99 víctimas mortales debidas al que fue el incendio más mortífero de los últimos 100 años en los Estados Unidos.
En la región del Cuerno de África, cinco temporadas consecutivas de sequía estuvieron seguidas de inundaciones, que provocaron aún más desplazamientos. La sequía redujo la capacidad del suelo para absorber agua, y ello agravó el riesgo de inundaciones cuando llegaron las lluvias de la estación en abril y mayo.
En muchas partes de América Central y América del Sur se intensificó la pertinaz sequía que ya se estaba viviendo. En el norte de la Argentina y el Uruguay, las precipitaciones acumuladas entre enero y agosto fueron entre un 20% y un 50% inferiores a la media, lo que provocó pérdidas de cosechas y bajos niveles de almacenamiento de agua.
Repercusiones socioeconómicas
Los peligros meteorológicos y climáticos agudizaron los problemas de inseguridad alimentaria, multiplicaron los desplazamientos de población y agravaron las repercusiones para las poblaciones vulnerables. Siguieron desencadenando nuevos desplazamientos de población, prolongados y de carácter secundario, y aumentaron la vulnerabilidad de muchas personas ya desarraigadas a causa de complejas situaciones de conflicto y violencia debidas a múltiples factores.
Uno de los aspectos esenciales para mitigar las consecuencias de los desastres es disponer de sistemas eficaces de alerta temprana de peligros múltiples. La iniciativa internacional Alertas Tempranas para Todos se ha concebido para que todo el mundo esté protegido por sistemas de alerta temprana antes de finales de 2027. La elaboración y la aplicación de estrategias locales de reducción de riesgos de desastre han aumentado desde la aprobación del Marco de Sendái para la Reducción del Riesgo de Desastres