El senador Ricardo Velázquez Meza presentó un punto de acuerdo para solicitar a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas un informe detallado sobre las concesiones otorgadas para el uso y aprovechamiento de recursos naturales en las Áreas Naturales Protegidas.
Además solicitó, ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, que el aprovechamiento, uso y explotación de estos recursos pueda ser aprovechado por comunidades aledañas y nativas de la región, siempre y cuando su uso y explotación no cambie ni modifique el paisaje y tampoco afecte la flora y fauna del área.
Explicó que la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente establece que en áreas de protección de los recursos naturales, reservas de la biósfera y áreas de protección de flora y fauna puede haber zonas en las que se desarrolle la minería, pero “deben ser explotadas sin deteriorar el ecosistema, modificar el paisaje de forma sustancial, ni causar impactos ambientales irreversibles”.
Advirtió que en nuestro país se concesionó gran parte de las Áreas Naturales Protegidas a las empresas mineras, con el riesgo que ello implica para la biodiversidad que esas zonas debían salvaguardar.
Un estudio publicado por la revista académica Environmental Science and Policy, advirtió que 75 por ciento de las áreas de protección de los recursos naturales, 63 por ciento de las reservas de la biósfera, 47 por ciento de las áreas de protección de flora y fauna, 22 por ciento de los santuarios y 15 por ciento de los parques nacionales tienen una concesión minera dentro de sus límites.
En total, destacó el senador, hay mil 609 concesiones mineras en Áreas Naturales Protegidas de México.
Velázquez Meza agregó que actualmente la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas administra 185 áreas naturales de carácter federal, que representan 90 millones 958 mil 374 hectáreas; además, la Comisión apoya a 382 Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación, mismas que están divididas en nueve regiones en el país.
Debido al alto crecimiento poblacional, subrayó, estás zonas se han visto altamente amenazadas y, con ello, la demanda de insumos naturales ha acelerado la pérdida de especies de flora y fauna.
El senador consideró que se deben integrar nuevas formas de participación, con grupos y comunidades indígenas que habitan en esas regiones, pues estos sectores conocen los recursos de flora y fauna, por lo que pueden contribuir al cuidado y preservación de las zonas naturales