Aún cuando existe un trabajo notable, la mayoría de las propuestas legislativas nuevas no abordan temas fundamentales para prevenir los problemas y riesgos ambientales graves que enfrenta México en la actualidad, apunta la doctora Aleida Azamar Alonso, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En su artículo Legislación ambiental en la Cuarta Transformación: ¿avances o retrocesos? señala que “no puede decretarse que los esfuerzos del nuevo gobierno sean mínimos en este ámbito aunque el número de iniciativas presentadas no es notablemente más alto que en el periodo anterior y hay 23 aprobadas adicionales al ejercicio previo”.
La mayoría son reformas con un efecto poco significativo en el tema ambiental, ya que se trata de modificaciones o adiciones a las leyes actuales, las cuales no impactan en los procesos de generación de residuos o de la destrucción de la naturaleza, toda vez que no se interviene en las dinámicas productivas, sino en la creación de mecanismos de reacción ante las amenazas ambientales.
La coordinadora de la Maestría en Sociedades Sustentables de la Unidad Xochimilco de la Casa abierta al tiempo analizó y comparó el trabajo parlamentario en temas ambientales de las legislaturas LXIII y LXIV –que concluyeron en agosto de 2018 y septiembre de 2021, en ese orden– considerando las promesas de campaña del actual presidente de la República.
“En algunas ocasiones la composición de los proyectos legislativos tendería a estar dirigida a cumplir los Planes Nacionales de Desarrollo; en ese sentido, es claro que las legislaturas LXIII y LXIV fueran diversas en temas y objetivos, pues cada una de ellas representa un gobierno distinto”.
Ejemplo de ello es la LXIII, que estuvo activa durante la segunda mitad del periodo presidencial de Enrique Peña Nieto y se caracterizó por programas como la Cruzada Nacional contra el Hambre, Prospera, Seguro de Vida para Jefas de Familia, así como la privatización de Pemex y de la energía eléctrica.
La LXIV, vigente durante la primera mitad del actual gobierno, ha direccionado las fuerzas para promover las energías fósiles, los megaproyectos que cruzan áreas naturales extensas, así como las políticas asistencialistas para la población más vulnerable y el intento por erradicar la corrupción en todos los niveles públicos, demostrando de esta forma que cada periodo tuvo sus propias preocupaciones para realizar sus planes de acción.
Estas diferencias se pueden apreciar y resaltar en tres momentos: el primero se presenta por la cantidad de iniciativas planteadas por cada una en cuanto a temas ambientales; el segundo, por aquellas impulsadas por grupo parlamentario, y finalmente el tercero, por las que resultaron desechadas, rechazadas, pendientes o aceptadas.
En este contexto, Azamar Alonso destaca la comparación de propuestas generadas en cada periodo, pues mientras en la LXIII se contemplaron 55 relacionadas exclusivamente con temas ambientales, entre ellos hidrocarburos y residuos sólidos urbanos, constituyendo 20 por ciento cada uno; durante la LXIV fueron ofrecidas 90, con temas como el agua, los plásticos y la minería (17, 14 y 16 por ciento respectivamente) dejando de lado la discusión sobre los hidrocarburos.
El siguiente cambio significativo fue la participación de los grupos parlamentarios en cuanto a la cantidad de planteamientos, pues de un periodo a otro los grupos más representativos de cada legislatura demuestran una variación que es evidente con los grupos de Morena y el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Mientras que el PRI, grupo mayoritario en la Legislatura LXIII, pasó de realizar 19 formulaciones con un mayor enfoque sobre los residuos sólidos urbanos en el primer periodo de análisis, al segundo –cuando se convirtió en la tercera fuerza política– solamente presentó tres.
Morena pasó de postular dos a 33 iniciativas de un periodo a otro, cuando se convirtió en la primera fuerza política, resaltando los temas de agua y minería.
Si bien se puede señalar que hay un cambio en cuanto al interés que se dio al tema ambiental por el número de propuestas presentadas, “vale la pena resaltar que esto no implica necesariamente que éstas van a discutirse o ratificarse y es que en la Legislatura LXIII, de las 11 elaboradas sólo una quedó pendiente, seis más fueron rechazadas, una desechada y sólo tres fueron admitidas”.
En tanto, “en la Legislatura LXIV se dejaron pendientes 44 iniciativas, una fue desechada, 26 aprobadas y seis concluidas, por lo que puede decirse que existe una diferencia positiva en favor de esta última Legislatura”, precisa Azamar Alonso.