Washington.- La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) apoya proyectos de respuesta rápida para abordar los diferentes impactos ambientales, económicos y sociales de la pandemia del coronavirus (COVID-19).
A través de la iniciativa de Respuesta Rápida e Investigación Novedosa en Ciencias de la Tierra (RRNES), la agencia financió proyectos respecto a la calidad de aire, la reducción de la contaminación ambiental y del agua, así como la luz nocturna.
La reducción drástica de los vehículos de pasajeros en las carreteras ha resultado en una caída en la contaminación del aire, particularmente el dióxido de nitrógeno (NO2)
Refirió que COVID-19 “cambió las rutinas de millones de personas en todo el mundo. En algunos lugares, las calles ahora son fácilmente navegables; tal cambio generalizado y rápido en la actividad humana no tiene precedentes y sus efectos en el planeta apenas comienzan a darse cuenta”.
La NASA aseguró que “la reducción drástica de los vehículos de pasajeros en las carreteras ha resultado en una caída en la contaminación del aire, particularmente el dióxido de nitrógeno (NO2), en muchas áreas urbanas”.
Sin embargo, Susan Anenberg y Dan Goldberg, de la Universidad George Washington, apuntaron que el análisis inicial de los datos satelitales indica que la disminución de las concentraciones de NO2 en las ciudades durante sus periodos de cierre ha sido inconsistente.
“Las ciudades de China e Italia, por ejemplo, parecen mostrar una disminución mucho mayor y más abrupta en este tipo de contaminación que muchas ciudades de Estados Unidos”, apuntaron.
"Nuestro proyecto vinculará la teledetección satelital con el clima, el conteo de tráfico y otros datos para arrojar luz sobre por qué estamos viendo estos efectos inconsistentes de los bloqueos COVID-19 en la calidad del aire en diferentes ciudades del mundo", manifestó Goldberg.
Explicó que con este proyecto se pretende "mejorar la salud pública a largo plazo ya que al mejorar la comprensión de cómo se pueden diseñar las políticas de transporte para mejorar la calidad del aire de manera más efectiva y eficiente".
Respecto al impacto de la reducción de la contaminación del aire en la atmósfera, la agencia señaló que los satélites han observado una disminución global, pero queda por ver cuánto tiempo durará y qué efectos tendrán estos cambios en la química de la atmósfera en el futuro.
Kang Sun, investigador de la Universidad de Buffalo, desarrolla un nuevo proceso de monitoreo. "Usando un nuevo marco basado en datos que combina datos satelitales y meteorológicos, llevaremos los activos de satélites de la NASA un paso más allá para cuantificar la reducción de emisiones y su impacto en la química de la calidad del aire".
Por ahora, "nos enfocaremos en los óxidos de nitrógeno en las regiones contaminadas de Jianghan Plain (que incluye a Wuhan) en China, Po Valley en Italia y el sur de California en los Estados Unidos", apuntó.
El tercer proyecto es la contaminación del aire y la calidad del agua, por lo que los científicos de la Universidad de Nueva York, Maria Tzortziou y Brice Grunert, investigan qué impacto pueden tener las disminuciones relacionadas con COVID-19 en la contaminación del aire en la calidad del agua costera en Long Island Sound.
"Las respuestas de política socioeconómica a la pandemia de COVID-19 han resultado en una disminución dramática de la contaminación atmosférica por nitrógeno en todo el mundo. Sin embargo, los impactos sobre el nitrógeno depositado atmosféricamente y los cambios resultantes en la ecología acuática costera siguen siendo desconocidos", puntualizó Tzortziou.
Por último, los científicos están utilizando datos satelitales de luz nocturna para evaluar los impactos sociales y económicos, así como la efectividad de acciones de contención, como el aislamiento social, para controlar la propagación del coronavirus.
"Analizamos imágenes de la Tierra por la noche para descifrar patrones de uso de energía, transporte, migración y otras actividades económicas y sociales”, dijo Miguel Román, director del programa de la Asociación de Investigación Espacial de las Universidades, e investigador principal del equipo científico de Black Marble de la NASA.
“Actualmente, hay datos mínimos sobre cómo las diferentes estrategias de contención afectan a las empresas y vecindarios, además cómo las compañías y residentes responden a las medidas preventivas”, apuntó.
La NASA aseveró que la información que se obtenga puede servir a las partes interesadas responsables de monitorear el alcance, duración y recuperación de éste y futuros brotes y desastres.
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