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Salvador (Brasil).- Más de medio centenar de organizaciones no gubernamentales cerraron filas y respondieron al ataque dialéctico lanzado por el mandatario brasileño, quien volvió a insinuar que las ONG podrían estar detrás de los incendios provocados en la Amazonia, aunque admitió que son "sospechas" sin pruebas.
"Es una declaración absolutamente frívola e irresponsable que tiene un objetivo muy claro: desviar la atención de lo que realmente importa" a la hora de tomar medidas que reduzcan la deforestación, dijo Raúl do Valle, director de Justicia Socio-ambiental de WWF Brasil.
Amazon Watch también salió al paso de la polémica y vinculó la devastación de los bosques al discurso "antiambiental" de Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército que se ha mostrado partidario de explotar la Amazonia y reducir la fiscalización de las reglas ambientales en las zonas protegidas.
"Los agricultores y los ganaderos entienden el mensaje del presidente como una licencia para provocar incendios intencionados con total impunidad, con el fin de expandir fuertemente sus operaciones en la selva", señaló Amazon Watch.
En esa línea se pronunció el secretario general de Amnistía Internacional (AI), Kumi Naidoo, quien acusó al Gobierno brasileño de alimentar los incendios en la selva amazónica con sus "desastrosas políticas".
"En lugar de difundir mentiras escandalosas o negar la magnitud de la deforestación que está teniendo lugar, instamos al Presidente a tomar medidas inmediatas para detener el progreso de estos incendios", subrayó AI en un comunicado.
La región amazónica ha registrado más de la mitad de los 71 mil 497 focos de incendio detectados en Brasil entre enero y agosto de este año, una cifra un 83 por ciento superior al del mismo período de 2018, según los datos divulgados por el estatal Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE).
En medio de los alarmantes números, la Fiscalía abrió diversas investigaciones sobre los incendios registrados principalmente en la región amazónica y, concretamente, en relación a un anuncio publicado en un periódico local del interior del estado amazónico de Pará en el que se promovía el "Día del fuego".
De acuerdo con relatos recogidos por las organizaciones medioambientales, decenas de productores rurales habrían provocado incendios en sus propiedades de forma coordinada en una muestra de apoyo al presidente Bolsonaro.
La preocupación por el avance del fuego en este paraíso medioambiental que atesora el 20 por ciento de las reservas de agua dulce del planeta llegó hasta la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y llevó a su secretario general, António Guterres, a hacer un llamamiento para proteger la Amazonia.
"En medio de una crisis climática internacional, no podemos permitir que se produzcan más daños en una importante fuente de diversidad y oxígeno", dijo Guterres a través de su cuenta de Twitter.
El presidente francés, Emmanuel Macron, por su parte, señaló que los incendios que arrasan múltiples áreas del Amazonas suponen "una crisis internacional" y aseguró que la cuestión se tratará con urgencia durante la cumbre del G7 en Biarritz.
"Nuestra casa arde. Literalmente. El Amazonas, el pulmón de nuestro planeta que produce el 20 por ciento de nuestro oxígeno está ardiendo. Es una crisis internacional. Miembros del G7, nos vemos en dos días para hablar de esta urgencia", escribió el presidente francés en su cuenta de Twitter.
Su declaración fue contestada horas después por Bolsonaro, quien acusó a su homólogo francés de buscar rédito político al inmiscuirse en la Amazonia.
"Lamento que el presidente Macron busque instrumentalizar un asunto interno de Brasil y de los otros países amazónicos para obtener beneficios políticos personales", dijo el líder ultraderechista brasileño al reaccionar a la decisión del presidente francés.
Los incendios en la selva brasileña han centrado en los últimos días la atención del mundo en Brasil, un país cuyo presidente ha cargado en reiteradas ocasiones contra lo que califica de "activismo ambiental chiíta" y ha cuestionado públicamente los datos oficiales sobre deforestación.
Su Gobierno, incluso, ha sido blanco de críticas durante la Semana del Clima de Latinoamérica y Caribe que se celebra en la ciudad brasileña de Salvador, en el estado de Bahía, donde representantes de organismos regionales e internacionales, como la ONU, buscan una respuestas a la crisis climática global.
El ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, fue recibido con fuertes abucheos durante la plenaria de apertura celebrada la víspera, los mismos con los que fue increpado este jueves otro representante del Gobierno en una conferencia dictada en el marco del encuentro.