México.- La Secretaría de Medio Ambiente se propone superar el rezago social de comunidades indígenas mediante el impulso de actividades productivas y sustentables en áreas naturales protegidas (ANP) y zonas de influencia, con un enfoque agroecológico que contribuya a generar redes locales de valor y reduzca las condiciones de marginación y las desigualdades de género.
Uno de los grandes pendientes del país es mejorar la condición de la población que vive en y alrededor de las ANP
Este objetivo forma parte del Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales 2020-2024 que establece el impulso de las diferentes regiones y la protección y uso sustentable del patrimonio biocultural del país.
De acuerdo con el documento que establece la política ambiental de la actual administración, uno de los grandes pendientes del país es mejorar la condición de la población que vive en y alrededor de las ANP, pues de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), en 2010 el 84 por ciento de las localidades incluidas dentro de ANP federales presentaban un alto grado de marginación.
Es por ello que la Secretaría, en coordinación con otras dependencias de los gobiernos federal, estatal y municipal, así como instituciones vinculadas al sector, apoyará emprendimientos con las comunidades indígenas y campesinas de estas áreas, bajo el principio: conservar produciendo y producir conservando.
Aunado a lo anterior, las comunidades han mostrado un uso adecuado y responsable de sus recursos, capacidad para emprender actividades que mejoren su calidad de vida y una mística para proteger la biodiversidad.
Asimismo, se buscarán procesos de restauración a través del manejo integrado del paisaje, buscando la conectividad entre las ANP a través de corredores bioculturales que refuercen la viabilidad de los ecosistemas y la permanencia de las especies que albergan.
Se trata de acciones encaminadas a la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad que permitirá el bienestar a través de la generación de empleo e ingresos a las comunidades, a la par de proteger su entorno.
En este proceso destaca el diálogo con los saberes tradicionales, acumulados y transmitidos por generaciones, el cual se complementa y refuerza con la ciencia.
Cabe destacar que estas acciones forman parte del Eje Transición forestal agroecológica y pesquera, de la Agenda para la Transición Ambiental, propuesta para enfrentar los retos actuales y responder a la obligación del Estado de garantizar un ambiente sano y propicio para el bienestar de las personas.
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