México.- Es necesario aplicar acciones que permitan reducir emisiones de fuentes relevantes como compuestos orgánicos volátiles, óxidos de nitrógeno y partículas finas y sobre todo proteger la salud pública afectada por la contaminación urbana, indicaron participantes del taller “Reflexiones sobre la Calidad del Aire Post COVID-19”.
Este evento fue organizado en el contexto de la Contingencia Sanitaria provocada por el COVID-19 por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came), Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y el Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire (OCCA).
Se analizaron situaciones sobre lo que ocurre con la calidad del aire durante el aislamiento social y las medidas post-COVID en diversos temas como: las emisiones en hogares; la movilidad saludable, sustentable y activa; tecnologías y control de emisiones vehiculares; vigilancia y sanción de fuentes de emisión; entre otros.
De igual forma se evidenció la necesidad de fortalecer las acciones de los estados y municipios pertenecientes a la Megalópolis, porque “el aire no conoce fronteras, y las emisiones producidas en un estado repercuten en la salud de los habitantes de ese municipio y en los del estado vecino”.
En dicho evento se destacó que la disminución de la venta de gasolina en los meses de abril y mayo del 2020 en un orden del 60 por ciento, la reducción de la congestión vehicular y la afluencia al transporte público en la Zona Metropolitana del Valle de México hasta en un 80 por ciento en el periodo comprendido entre el 23 de marzo y el 17 de mayo de ese año.
Otro dato importante es la reducción de hasta un 59 por ciento las emisiones de monóxido de carbono (CO), y en un 36 por ciento las de óxidos de nitrógeno (NOX); sin embargo, quedó evidente que las emisiones de compuestos orgánicos volátiles se mantuvieron estables, lo que desembocó en el aumento de hasta el 15 por ciento las lecturas de ozono (O3).
Se enfatizó sobre la importancia de reforzar la lucha contra la contaminación ya que estudios recientes documentan una mayor propagación de la COVID-19 en ciudades con altos niveles de emisiones a la atmósfera.
Una de las medidas que se visualizaron es la administración de la demanda del transporte a través del fomento al trabajo a distancia, el escalonamiento de horarios laborales y el hoy no circula, así como la ampliación de infraestructura peatonal y ciclista, carriles exclusivos y pago electrónico en el transporte público.
Lo anterior derivado de que uno de los factores que genera desplazamientos, pero también conglomerados humanos son los centros urbanos, en los cuales se pueden encontrar problemáticas que van desde un desarrollo no planificado, la segregación social, la carencia de transporte público, entre otros.
Dicha situación es padecida particularmente por los habitantes de las periferias, ante lo cual se propuso un esquema basado en ciudades multicéntricas y barrios autosustentables con todos los servicios, y que ofrezcan diversos beneficios a sus habitantes, entre ellos, la disminución de los tiempos y las distancias de traslado.
También se hizo énfasis en la necesidad de reforzar y diseñar el camino para mejorar las normativas que regulan las tecnologías y el control de emisiones vehiculares, y en el escenario post-pandemia, es necesario que los automotores adopten tecnologías más limpias y eficientes en el uso de la energía.
Se detalló también sobre la necesidad de trabajar los parámetros de la NOM-042-SEMARNAT-2003 sobre emisiones en vehículos ligeros y, NOM-044- SEMARNAT-2017 acerca de emisiones en vehículos a diésel; y se expuso la importancia de actualizar la norma 163 que regula las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y eficiencia energética en vehículos ligeros.
Con relación a las medidas que se adoptan para las estaciones de servicio de distribución de petrolíferos, y las plantas de distribución de gas L.P., con el actual marco normativo y las medidas planificadas para las 3 fases que comprenden las contingencias en la Zona Metropolitana del Valle de México, se indicó que es indispensable aumentar el rango geográfico y los recursos técnicos para la implementación de dispositivos de recuperación de vapores para las gasolineras, y la verificación del cumplimiento del uso de desconexiones secas, para prevenir las fugas del transvase.
En cuanto a la disminución de compuestos orgánicos volátiles se señaló la necesidad de enfocar los esfuerzos en aquellos que tienen mayor potencialidad en la generación de ozono. Es determinante cambiar los paradigmas y la normativa para atacar las fuentes dispersas y las industrias de jurisdicción local al ser los mayores generadores de compuestos orgánicos volátiles para la región metropolitana del centro del país
También se enfatizó en que la reducción de incendios forestales y la disminución de quemas agropecuarias juegan un papel primordial en la disminución de emisiones, en los últimos años el promedio ha variado la superficie quemada.
Como respuesta la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) está buscando incorporar en sus reglas de operación requisitos de “no quema”, así como la Comisión Nacional Forestal cuenta con una aplicación para aviso y alerta sobre los momentos de riesgo para la pérdida de control de los fuegos.
Sobre las demandas y acciones ciudadanas para el mejoramiento ambiental, se destacó que algunas medidas pasen de un enfoque metropolitano a uno Megalopolitano; pese a la actualización de los criterios para el Programa de Verificación Vehicular.
Asimismo se presentaron algunas iniciativas de medidas para adoptar en la nueva normalidad:
1. Menos viajes, más sustentables
2. Menos fósiles, más renovables
3. Ciudades menos dispersas, más compactas y conectadas.
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