Según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), fundada en 1948 y considerada la organización medioambiental global más grande, antigua y diversa del mundo, “se considera que una especie está en peligro de extinción cuando todos los representantes de la misma corren el riesgo de desaparecer de la faz de la Tierra”.
En el planeta existen más de 7.7 millones de especies de animales y vegetales, de los cuales más del 28% está en peligro de extinción, y algunas de estas especies más extrañas y recónditas de nuestro planeta se encaminan hacia ella.
Lista roja de las especies en peligro
Para confirmar la desaparición de una especie se debe acudir a la Lista Roja que publica la UICN todos los años. Este documento se puso en marcha hace más de medio siglo y en ella se recoge información de expertos biólogos, conservacionistas y estadísticos, para registrar el estado de las especies.
Estos informes nos ofrecen un continuo resumen de los animales, plantas y hongos y nos anuncia si una especie en particular aún existe y la probabilidad de que esa especie se extinga en el futuro.
La Lista Roja de Especies Amenazadas es crucial para la conservación, ya que nos ayuda a identificar qué especies necesitan ayuda inmediata y qué se puede hacer para protegerlas.
Según datos de esta organización internacional, publicados para 2021, aproximadamente 38 mil 500 especies silvestres (plantas, animales y hongos) se encuentran en peligro de extinción en la actualidad que, según desglosa la UICN representan un 41% anfibios, 26% mamíferos, 34% coníferas, 14% aves, 37% tiburones y rayas, 33% corales y arrecifes y 28% crustáceos. Estos datos pueden ir variando de año en año.
Algunos de los animales más conocidos que se acercan a esta peligrosa situación son: el oso polar, el oso panda, el elefante, la ballena, el chimpancé, el gorila de montaña, el leopardo de las nieves o el tigre de Sumatra, y otros muchos menos conocidos que todavía no se encuentran en esa categoría por vivir apartados de la presencia humana.
Sin heredero genético
Se considera que una especie se ha extinguido cuando el último ejemplar conocido muere sin dejar heredero genético. Hasta ahora se ha seguido la regla de los 50 años, en los que no se ha de avistar ningún miembro de determinada especie para poder concluir que se considera extinguida pero, en realidad, no se puede concretar un plazo de tiempo, ya que en algunas ocasiones se han descubierto ejemplares más tarde.
Las causas de la extinción pueden depender para cada especie, pero, en líneas generales, para todas ellas las grandes amenazas se pueden atribuir a la destrucción y fragmentación de sus hábitats; el cambio climático; la caza y el tráfico ilegal, y la introducción de especies exóticas en lugares fuera de su entorno y clima.
Representantes de la UICN señalan que evitar esta desaparición “no es una tarea fácil”, ya que implica una compleja puesta en marcha de gran cantidad de recursos y la adopción de acciones legales concretas.
Medidas urgentes
Evitar la deforestación; perseguir y castigar la caza ilegal y el tráfico de especies; creación de un mayor número de reservas naturales y el fomento de programas para la reproducción, reintroducción y mejora genéticas, son algunas de las medidas que, señala la organización internacional, se deberían adoptar de forma urgente.
Además, se necesita el esfuerzo común de todos los países para luchar contra la contaminación y el cambio climático que es vital para la supervivencia de la naturaleza y sus habitantes.
El uso insostenible de los recursos naturales por parte de los seres humanos, no sólo está provocando que la salud del planeta se resienta, además está propiciando esta nueva Sexta Gran Extinción de las especies que puede provocar la erradicación para más de un millón de animales y plantas. Aunque muchas otras ya han desaparecido.
Y las evaluaciones recientes de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) han concluido que “las tasas de extinción de especies son actualmente de diez a cientos de veces más altas que los promedios históricos”.