Joanne Chory nació el 19 de marzo de 1955 en la localidad de Methuen (Massachusetts), se graduó en Biología en el Oberlin College (Ohio) y se doctoró en Microbiología en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign en 1984.
Tras realizar una serie de estudios postdoctorales en la prestigiosa Universidad de Harvard, en 1988 se incorporó al Instituto Salk de Estudios Biológicos, en California.
PREGUNTA: ¿Podría describir qué relación existe entre las plantas y la lucha contra la crisis climática?
RESPUESTA: Mi investigación se centra en la genética de cómo las plantas responden a su entorno. Por ejemplo, qué genes les ayudan a responder a la luz o a la sequedad. Yo lidero, como directora ejecutiva, la Iniciativa de Aprovechamiento de las Plantas (HPI, por sus siglas en inglés), junto a un equipo del Instituto Salk compuesto por Wolfgang Busch, Joseph Ecker, Julie Law y Joseph Noel. Esta iniciativa es un enfoque audaz y mensurable para combatir el cambio climático producido por el exceso de dióxido de carbono en nuestra atmósfera.
P: ¿Cómo es que se interesó por el problema de la crisis climática y cómo cayó en la cuenta de que las plantas podrían ser una solución?
R: El cambio climático representa una amenaza existencial inmediata para la supervivencia humana. Necesitamos soluciones innovadoras, mensurables y audaces. El equipo de biología vegetal del Instituto Salk ya estaba estudiando cómo las plantas se adaptan a las condiciones ambientales y entonces nos dimos cuenta de que muchas de las condiciones que estábamos estudiando -como las sequías, las inundaciones, el aumento del nivel salino del suelo- también estaban relacionadas con el cambio climático.
Es entonces cuando nos dimos cuenta de que una solución al cambio climático se escondía a simple vista: en las plantas que nos rodean.
P: ¿Considera que las plantas pueden ser la clave para resolver esta crisis?
R: El cambio climático es un problema tan significativo que probablemente necesitemos de muchos enfoques diferentes. En Salk queremos ser parte de la solución.
P: ¿Le preocupa la creciente ola de negacionistas del cambio climático?
R: El impacto del cambio climático es evidente y se manifiesta a través de desastres naturales como los incendios, las inundaciones, las sequías, el derretimiento de los glaciares, el aumento de las temperaturas y del nivel del mar. Resulta evidente que tenemos que hacer frente a este asunto tan urgente.
P: ¿Cuáles serán los próximos pasos en su investigación?
R: El equipo de biología vegetal del Instituto Salk ya ha identificado características de algunas plantas que mejoran el abastecimiento de CO2 y genes que ayudarán a las plantas a atesorar carbono, así que estamos muy ilusionados con proseguir con nuestra investigación en el laboratorio.
P: Acaba de ser galardonada con el Premio Princesa de Asturias, ¿Qué significa este reconocimiento para usted?
R: Me siento profundamente honrada de haber sido elegida para tan prestigioso galardón junto a la bióloga Sandra Díaz, quien está realizando un trabajo muy importante para preservar la biodiversidad.
R: Conoce entonces el trabajo de Sandra Díaz...
P: No la conozco personalmente, ya que trabajamos en campos diferentes, pero sí. Y es un honor compartir este premio con ella.
R: ¿Tiene pensado asistir a recoger el premio en Asturias el próximo mes de octubre?
R: Sí, mi intención es asistir a la ceremonia. Tengo muchas ganas de hacerlo.