Naciones Unidas.- La adopción de energías renovables está avanzando más rápido y más lejos de lo previsto, pero aún es necesario tomar medidas radicales para acelerar la transición energética.
En su intervención en la Asamblea de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), celebrada este fin de semana en Abu Dhabi, Stiell afirmó que los resultados positivos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP27 del pasado noviembre ofrecen al mundo una enorme oportunidad para avanzar, empezando ahora.
"Requiere la cooperación de todos y cada uno de los países representados en esta sala", afirmó Stiell. "Todas las Partes deben unirse para alcanzar el nivel de ambición necesario para llegar a donde tenemos que llegar, y tenemos mucho trabajo por hacer para conseguirlo".
Hay motivos para ser optimistas en lo que respecta a las energías renovables, porque éstas están avanzando más y más rápido de lo previsto. He aquí algunos ejemplos:
- Desde 2014, el aumento de la capacidad eléctrica de las energías renovables supera al de las no renovables.
- Las Perspectivas de las energías renovables de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) complementan esta afirmación, señalando que las energías renovables representarán más del 90 % de la expansión de la capacidad eléctrica mundial en los próximos cinco años y que las energías renovables se convertirán en la mayor fuente de generación de electricidad mundial a principios de 2025, superando al carbón.
- Sólo en Europa, la AIE estima que la expansión de la electricidad renovable en el continente se duplicará en el periodo 2022-2027, ya que las preocupaciones por la seguridad energética se suman a las ambiciones climáticas.
- El empleo mundial en energías renovables alcanzó los 12.7 millones el año pasado, lo que supone un salto de 700 mil nuevos puestos de trabajo en un año. La energía solar resultó ser el sector de más rápido crecimiento. En 2021 proporcionará 4.3 millones de puestos de trabajo, más de un tercio de la actual mano de obra mundial en energías renovables.
Pero también hay motivos para la frustración. Como señaló IRENA en su presentación al balance mundial, a pesar de la mayor ambición expresada por los países en las dos últimas COP, los compromisos climáticos actuales y la financiación global para apoyar el cambio a las energías renovables siguen siendo insuficientes.
La decisión de cobertura de la COP27 reconoció que "es necesario invertir unos 4 billones de dólares al año en energías renovables hasta 2030 para poder alcanzar las emisiones netas cero en 2050".
Stiell señaló el balance mundial como un proceso fundamental en 2023 en el que los países y las partes interesadas pueden reforzar sus planes climáticos en consecuencia y traducirlo en acciones inmediatas con políticas específicas durante los próximos ocho años.
El primer balance concluirá en la COP28 y ayudará al mundo a evaluar los avances hacia la consecución de los objetivos del Acuerdo de París, incluido el de limitar el calentamiento global a 1.5 ºC. Los países y las partes interesadas verán dónde están progresando colectivamente y dónde no.
"El balance mundial es el momento de la verdad para el proceso y para el mundo", dijo Stiell. "Como resultado fundamental del Acuerdo de París, se trata de obtener respuestas a dos preguntas fundamentales: ¿estamos midiendo y estamos avanzando?
En general, sabemos cómo están midiendo los esfuerzos mundiales. Las emisiones globales deben reducirse casi a la mitad de aquí a 2030 para que el mundo tenga posibilidades de alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados. También es necesaria una adaptación transformadora para ayudar a las comunidades a hacer frente a los impactos climáticos que ya se están produciendo.
Por el contrario, el último informe de las ONU Cambio Climático muestra que, si bien los países están reduciendo la curva de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, los compromisos climáticos combinados de 193 Partes en el marco del Acuerdo de París podrían situar al mundo en la senda de un calentamiento de unos 2.5 grados centígrados para finales de siglo.
El avance consiste en que todos los sectores y todos los gobiernos del mundo utilicen los resultados del inventario para hacer algo más que informar y actualizar su acción climática.
"El balance mundial será el momento en que establezcamos una hoja de ruta, un plan de acción si se quiere, para llegar a donde tenemos que estar y nos permitirá examinar cada sector, cada región, para dar una orientación política y técnica", declaró Stiell.
Añadió que lo que se necesita a partir de la conclusión del balance son políticas, recetas e intervenciones específicas que sirvan para corregir el rumbo.
"Para que generemos el impulso necesario, necesitamos que de aquí salgan planes concretos", dijo Stiell. "Y este será nuestro mayor reto a lo largo de este año si queremos conseguir un balance mundial sólido y significativo a finales de año".