La transición de Hungría hacia las energías limpias puede permitirle alcanzar una mayor seguridad e independencia energética mientras sortea los retos de suministro que la invasión de Rusia en Ucrania ha creado para los países de toda Europa, según un nuevo estudio político en profundidad de la Agencia Internacional de la Energía.
Hungría tiene un buen punto de partida para su transición energética gracias al rápido crecimiento de la energía solar fotovoltaica y a una sólida base de energía nuclear. Pero aún tiene mucho trabajo por delante para alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones y soberanía energética.
Desde la última revisión en profundidad de la política energética de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en 2017, Hungría ha aumentado sus ambiciones climáticas. En 2020, se convirtió en uno de los primeros países de Europa Central en poner un objetivo de neutralidad de carbono para 2050 en la ley y presentó una Estrategia Nacional de Desarrollo Limpio a largo plazo al año siguiente. Hungría aspira a que el 90% de su generación de electricidad provenga de fuentes bajas en carbono para 2030.
Sin embargo, la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha creado una nueva serie de problemas de seguridad energética en Europa. En respuesta a la actual crisis energética mundial, Hungría declaró el estado de emergencia energética en julio de 2022, lo que permitió al gobierno aumentar la producción nacional de gas y carbón, asegurar las importaciones adicionales de gas de Rusia y aumentar la producción de la central de carbón de Mátra. El Gobierno también está estudiando la posibilidad de prolongar la vida útil de los cuatro reactores de la central nuclear de Paks, que garantiza casi el 50% del suministro eléctrico de Hungría.
"Dar prioridad a la eficiencia energética y a las energías renovables es un enfoque pragmático que se ajusta a los objetivos energéticos y climáticos de Hungría a corto y largo plazo. Puede evitar el aumento tanto de las importaciones de combustibles fósiles como de las emisiones", declaró el Director Ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, al hacer público hoy el informe.
Por su parte, Attila Steiner, Secretario de Estado de Política Energética y Climática de Hungría, ha declarado: "Hungría tiene un fuerte compromiso con las energías renovables. Como siguiente paso, la prioridad del gobierno es mejorar la red nacional para que sea capaz de integrar la creciente capacidad eléctrica generada por las fuentes de energía dependientes del clima. Sin embargo, para garantizar la seguridad del suministro y alcanzar nuestros ambiciosos objetivos climáticos, es imperativo mantener o incluso aumentar también nuestra capacidad nuclear fiable y libre de emisiones".
Como país sin salida al mar, Hungría depende hoy en día en gran medida de Rusia para la importación de gas natural, petróleo y combustible nuclear, así como para nuevas inversiones nucleares. La revisión de la AIE pide a Hungría que reduzca el consumo de combustibles fósiles y diversifique sus fuentes de energía hacia una cartera más amplia de renovables, aprovechando el considerable potencial de sus recursos de energía eólica y geotérmica, así como ampliando la vida útil de los reactores existentes, cuando la seguridad lo permita.
Al mismo tiempo, Hungría debería aprovechar al máximo sus interconexiones en el mercado de la energía, que ha incrementado significativamente en los últimos años, para obtener suministros energéticos de diversas rutas, fuentes y proveedores. El informe de la AIE destaca que Hungría debe desempeñar un papel fundamental en la importante tarea de mejorar las conexiones de los países de Europa Central y Oriental con los lugares de almacenamiento de gas regionales y las nuevas terminales de GNL en otros lugares de la Unión Europea.
El informe de la AIE recomienda que el gobierno húngaro adopte objetivos y políticas adicionales para reducir el consumo de combustibles fósiles, aumentar la eficiencia energética y promover la inversión en tecnologías energéticas limpias, la capacitación y el empleo. Prestar mucha atención a garantizar una transición justa, incluida la prestación de un apoyo adecuado a las personas y las comunidades asociadas a la planta de carbón de Mátra, será crucial para garantizar una eliminación gradual del carbón sin problemas.
"Es fundamental prestar más atención a la inversión en tecnologías energéticas limpias", afirmó Birol. "Hungría tiene una enorme oportunidad de desarrollar el hidrógeno para los sectores industriales. La inversión continua en el desarrollo de sus recursos solares fotovoltaicos, geotérmicos y eólicos permitirá a Hungría reducir su dependencia del gas natural y del carbón tanto en la calefacción como en la generación de electricidad. Hungría posee las tecnologías que necesita para avanzar en su transición hacia un sistema energético limpio y más seguro, lo que a su vez mejorará la seguridad energética regional."