México debe hacer una transición energética a fuentes renovables de manera ordenada para evitar problemas como los que ahora viven Alemania y España, donde compañías privadas han ocasionado incrementos al costo de la energía eléctrica y “han doblegado incluso al gobierno”, apuntó el doctor Nicolás Domínguez Vergara, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Si bien es necesaria la transformación, puesto que muchas de las fuentes limpias son intermitentes, se requiere almacenar la electricidad, pues en Europa “lo quisieron hacer de golpe y ahora la gente tiene que decidir entre comer o pagar la luz”, sentenció durante su participación en el Ciclo “(Bio) Combustibles, Energías Alternativas y Movilidad. ¿Inofensivos, económicos y útiles?”, convocado por la Dirección de Comunicación del Conocimiento.
Mientras en el país se discute la reforma eléctrica –que propone entre otras cosas terminar con abusos de compañías privadas– en enero se registró una inflación de más del siete por ciento anual con el alza a los precios de alimentos como limón, cebolla y carne de res, en parte como resultado del incremento del costo de los combustibles –gasolina, diésel, gas LP y natural– que ha encarecido su traslado.
Como consecuencia de la pandemia las cadenas productivas se rompieron, lo que llevó a que la obtención de gasolinas disminuyera, pero con la recuperación económica posterior “están aumentando también los precios de muchas otras mercancías”, afectando en mayor medida el ingreso de los más pobres”.
Al dictar la conferencia “Costo de combustibles: impacto económico en la sociedad”, el investigador del Departamento de Sistemas de la Unidad Azcapotzalco señaló que dado que la Canasta Básica se elevó en 11 por ciento en enero y los trabajadores tuvieron un incremento de 3.5 por ciento, “vemos que la inflación se come fácilmente este aumento debido a los altos costos de alimentos como el limón, que subió 60 por ciento”.
Con la pandemia el precio de la gasolina y el diésel bajó en gran parte debido a la inmovilidad masiva –que, según la página Petrointelligence, derivó en la reducción de producción de 650 mil a menos de 450 mil barriles diarios de petróleo–, pero con la recuperación económica el valor del gas LP subió, a grado tal que el gobierno se vio forzado a intervenir y poner un tope al precio y más tarde a crear la compañía de Gas Bienestar para evitar el control en la distribución que concentraban cinco familias.
“Entonces, vemos que siempre hay otros factores que deben controlarse, sobre todo cuando 80 por ciento de los hogares usa gas LP, y en el caso de alimentos como el limón encontramos que si bien hubo una sequía se ha encarecido por causa de intermediarios”.
Domínguez Vergara explicó que aun cuando los importes del gas y diésel no rebasan la inflación y el gobierno empieza a vender el primero, el precio sigue subiendo y lo mismo ocurre con la gasolina, cuyo costo disminuyó con la pandemia, pero al reactivarse la actividad del sector transporte vuelve a ir hacia arriba y ahora se puede percibir un aumento aproximado de 30 por ciento.
El también participante del Parlamento Abierto en la Cámara de Diputados sobre la iniciativa de Reforma Eléctrica en enero pasado, reconoció que México podría hacer la transición a fuentes renovables, pues ahora “se está subsidiando a particulares que han abusado y están vendiendo la electricidad a montos bajos, porque no cubren los costos de transmisión como debieran”.
Al hacerlo “están abusando de la ley y si se recortan los subsidios que todos estamos pagando habrá dinero para las inversiones y con eso se esperaría que pudieran bajar los precios de la luz o cuando menos no subieran tanto y evitemos el problema que está viviendo España por el frío, puesto que no les alcanza con las fuentes renovables de energía y el costo del gas natural es más elevado”.
El Ciclo "(Bio) Combustibles, Energías Alternativas y Movilidad. ¿Inofensivos, económicos y útiles?" es organizado por la Dirección de Comunicación del Conocimiento de la Casa abierta al tiempo.