Washington.- El Gobierno del presidente de EE.UU., Joe Biden, anunció un plan para que la energía solar produzca el 45% de la electricidad del país para 2050, una ambiciosa meta que busca transformar el sector energético estadounidense y hacer frente a la crisis climática.
En un nuevo informe, el Departamento de Energía fijó dos nuevos objetivos para la política energética de Estados Unidos: primero, estableció que la energía solar podría producir el 40% de la electricidad del país para 2035; y, segundo, consideró que si el progreso continúa la proporción podría llegar al 45% para 2050.
Para ello, EE.UU. necesita multiplicar la instalación de paneles solares y desarrollar nuevas formas para almacenar ese tipo de energía, uno de los mayores obstáculos para su uso.
Sin embargo, lograr esas inversiones depende del Congreso, que aún no ha aprobado las propuestas de Biden contra el cambio climático y donde se está debatiendo un paquete de 3,5 billones de dólares que contiene alguna de las peticiones del mandatario, por ejemplo incentivos fiscales para energías renovables y vehículos eléctricos.
Actualmente, la mayor parte de la electricidad de EE.UU. es producida con gas natural, carbón y energía nuclear, mientras que las energías renovables contribuyen en una cantidad muy pequeña. Por ejemplo, la energía solar produjo solo el 3% de la electricidad de EE.UU. el año pasado.
Sin embargo, Biden ha argumentado que Estados Unidos debe actuar rápido para cambiar su sistema energético porque, si no reduce su dependencia de combustibles fósiles, sufrirá los efectos más devastadores del cambio climático con tormentas, inundaciones, sequías y huracanes cada vez más fuertes.
Biden visitó Nueva Jersey y Nueva York, dos de los estados del noreste de EE.UU. más golpeados por las fuertes lluvias del huracán Ida, y consideró que la nación y el mundo están en un "punto de inflexión" para evitar que la crisis climática empeore aún más.
Cuando llegó a la Casa Blanca, Biden se comprometió a reducir las emisiones de efecto invernadero de su país a la mitad para 2030 y a eliminarlas por completo antes de 2050.