Síguenos en @PortAmbiental
México.- La Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), un órgano desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), afirmó que para autorizar la construcción de la refinería de Dos Bocas se emplearon los estándares más estrictos para la protección de los bienes y servicios ambientales de la zona y la seguridad de las comunidades y las personas
A través de un informe, la ASEA indicó que, dado que la refinería se construirá en áreas colindantes con humedales "se ha prohibido interrumpir o desviar cualquier cauce o flujo de escurrimientos (temporales o permanentes), drenes, arroyos, canales, o cualquier otro tipo de cuerpos de agua”.
Además, Petróleos Mexicanos (Pemex), que estará a cargo de la construcción, "deberá mantener a salvo la integridad del flujo hidrológico de la zona remanente del manglar que se localiza en las orillas del río Seco", y no podrá efectuar ningún relleno, dejar bordos, ni construcción de infraestructura que pueda perturbar el libre flujo de agua o cause la desecación de algún humedal.
La Agencia también ordenó la protección de los remanentes de manglar que permanecen en el cauce del río Seco.
Se indicó que, en caso de presentar pérdidas o detrimento de la cobertura vegetal, se deberán identificar las acciones que están causando dichas afectaciones y aplicar las medidas de mitigación o compensaciones necesarias para que dicha cobertura se recupere.
Asimismo se apuntó que Pemex tiene "la obligación de presentar un programa de monitoreo" de la calidad de agua superficial y subterránea durante la vida del proyecto, en el sitio del mismo y en el Sistema Ambiental Regional (SAR).
Además, Petróleos Mexicano deberá realizar un programa de rescate y reubicación de flora y fauna cuyo propósito es el de proteger la diversidad del área del proyecto, a través de estrategias de rescate, relocalización y reforestación de aquellas especies sensibles, de importancia ecológica, endémicas y de difícil regeneración.
ASEA apuntó que, casi 40 años después de la entrada en operación de los últimos dos complejos del sistema de refinación en México, en Cadereyta, Nuevo León, y Salina Cruz, Oaxaca, "es la primera vez que se evalúa el impacto y riesgo ambiental de una refinería bajo el marco regulatorio de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente de 1988, y desde la creación de la ASEA en 2015.
A finales de julio, el Gobierno de México comunicó que contrató a siete empresas para la construcción de la nueva refinería y que el proceso iniciaría el 1 de agosto con la contratación de personal, ya que para la entrada de maquinaria se esperaba la autorización dada este lunes.
Además se informó que el costo de la refinería de Dos Bocas será de 8 mil 134 millones de dólares, de los cuales 4 mil 587 millones se destinarán a la construcción de plantas, 2 mil 191 millones para servicios auxiliares y mil 300 millones para la planificación.
Esta refinería es uno de los planes estrella del presidente Andrés Manuel López Obrador para reflotar la producción petrolera y la endeudada empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Sin embargo, numerosos expertos han criticado la construcción de esta refinería por su elevado costo y, aseguran, poca rentabilidad.