Londres.- La marea se está volviendo en contra de la industria de los combustibles fósiles, algunos países como Portugal, tienen empresas y gobiernos trabajando juntos y ven que eliminar el carbón y reemplazarlo con hidrógeno verde producido con electricidad a partir de la luz solar es el camino hacia la prosperidad nacional.
Incluso en países como los Estados Unidos, donde el gobierno defiende a los contaminadores, las empresas invierten en energía eólica y solar, simplemente porque son más baratas que el carbón.
Texas, el estado norteamericano más asociado con el petróleo, ya tiene 26.9 gigavatios (GW) de energía eólica instalada, el equivalente a 26 grandes centrales eléctricas de carbón. Una muestra de cómo está cambiando el mapa energético de los Estados Unidos.
La velocidad de la transición en el mundo anuncia una nueva revolución industrial, en la cual tres industrias crecen rápidamente y con un enorme potencial para marcar la diferencia en el combate al cambio climático: el hidrógeno verde, la energía eólica marina y los automóviles eléctricos.
Se estima que el hidrógeno verde podría convertirse en un sustituto del petróleo, tanto para el transporte como para la calefacción. Un estudio de la compañía energética Wood Mackenzie afirma que ya se han invertido 365 millones de dólares en hidrógeno verde, pero que hay más de 3.6 mil millones de dólares disponibles.
Por otra parte, el ministro portugués de Medio Ambiente y Transición Energética, João Pedro Matos Fernandes, reveló planes para desarrollar 1 GW de capacidad de energía solar para usar en la producción de hidrógeno.
“Portugal está en condiciones de ser el mayor productor de hidrógeno verde, lo que le permitirá convertirse en el mayor productor de energía verde en Europa. El hidrógeno producido se suministrará a las industrias locales con gran uso de energía, o exportarse”.
La clave de la idea es que la energía solar ahora es tan barata que usarla para crear hidrógeno verde hace que éste sea competitivo con los combustibles fósiles, y aún mejor, sin emisiones.
Además del éxito continuo de la energía eólica terrestre, ahora reconocida mundialmente como la forma más barata de generar electricidad, existe un enorme interés en la energía eólica marina, donde la tecnología mejorada y el gran tamaño de las turbinas han reducido los costos de producción.
La profundidad del mar ya no es un problema porque los parques eólicos marinos flotantes se han desplegado con éxito en el Mar del Norte y en otras partes de Europa. La producción de electricidad a partir del viento en alta mar ha excedido las predicciones.
China se encuentra entre los grandes desarrolladores, pero nuevamente es Estados Unidos el que sorprende, porque su inversión en energía eólica marina superará a la del petróleo y el gas en un lustro.
La capacidad en los Estados Unidos podría alcanzar los 20 GW (equivalente a 20 centrales eléctricas de carbón) para 2030, con una inversión anual de 15 mil millones de dólares para 2025, según Rystad Energy, una firma independiente de analistas.
Mientras el sector de las energías renovables está en auge, la industria del carbón decae. La Administración Federal de Información de Energía de EUA espera que las energías renovables (eólica, solar, hidráulica, geotérmica y una pequeña cantidad de biomasa) alcancen el 21.6 por ciento de la producción de electricidad para 2021, por delante del carbón con 20.8 por ciento y de la nuclear, con 19.7 por ciento.
El gas permanece al frente con 37 por ciento.