Madrid.- Repsol, una multinacional española se convirtió en la primera gran empresa de petróleo y gas en comprometerse a lograr cero emisiones netas para el año 2050, una ambiciosa meta para la cual prepara un primer Plan Estratégico 2021-2025 que será presentado el próximo año.
El objetivo es reorientar su negocio para cumplir con los objetivos climáticos del Acuerdo de París, que establece la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de la temperatura global en 1.5 grados centígrados (°C) y frenar el cambio climático.
En la actualidad, Repsol tiene dos mil 952 megavatios (MW) en operación y mil 083 MW en desarrollo, y ha aprobado nuevas inversiones para incorporar y construir dos proyectos de energía fotovoltaica y uno más de energía eólica por un total de mil 600 MW adicionales.
Se prevé que el plan que prepara la petrolera, el cual será presentado en el primer semestre del próximo año, potenciará las inversiones en energías renovables para lograr la descarbonización completa en las próximas tres décadas.
La compañía con sede en Madrid pronostica que en el futuro verá una parte de sus bonos vinculados al esfuerzo de neutralización que pueden incluir compensaciones de carbono, de acuerdo con reportes de medios de comunicación españoles.
Estima que puede lograr al menos el 70 por ciento de su objetivo con las actuales tecnologías, incluida la captura, utilización y almacenamiento de carbono. Y si lo considera necesario, compensará sus emisiones restantes a través de la reforestación y otros sumideros climáticos naturales.
Este anuncio de la petrolera, que también dio a conocer una amortización de activos de cuatro mil 800 millones de euros (unos cinco mil 300 millones de dólares), tiene una importancia global para la industria energética, consideraron analistas del sector.
La reorientación de la empresa española, que produce el equivalente a más de 700 mil barriles de petróleo por día aunque en los últimos años su enfoque se ha desplazado hacia el gas natural, podría suponer un punto de presión para las compañías europeas que tienen modelos comerciales basados en carbono.