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Altamira (Brasil).- El cacique Wanggot, líder de la aldea Yuru, una de las comunidades de la etnia Arara en el llamado Medio Xingú, en una cita de diferentes pueblos en la ciudad amazónica de Altamira denunció que los madereros "están retirando madera de nuestras tierras. Cuando protestamos nos amenazan. Están pasando por encima de nosotros".
El líder invitó a la prensa a visitar la reserva de los Arara para que verifique sus denuncias sobre las invasiones de madereros y pescadores a las reservas y los ayude a "hacer Justicia".
"Por ahora no hay garimpeiros (mineros artesanales) pero sí muchos madereros y pescadores. Están invadiendo cuando les place pese a que nuestra reserva está registrada y homologada", dijo.
Wanggot relató que recientemente un grupo de indios de su aldea, con la ayuda de fiscales ambientales, acudió a una de las áreas invadidas para retirar el material de los madereros pero que poco después éstos aparecieron armados y recuperaron todo.
"Somos muy débiles y nuestra tierra es pequeña, no podemos perderla ni compartirla con garimpeiros (como propone el presidente Jair Bolsonaro). Estamos con miedo porque, si la perdemos, ¿cómo vamos a sustentar a nuestras familias?", cuestionó el líder, quien denunció que la situación puede agravarse debido a que miembros de su comunidad ya se dicen dispuestos a defenderse con armas.
Las denuncias fueron hechas en la III Feria de los Pueblos del Medio Xingú, un evento organizado por la estatal Fundación Nacional del Indio (Funai) para permitir que los indios de la región se acerquen a los habitantes de la ciudad de Altamira y expongan sus reivindicaciones y su cultura.
En la región del Medio Xingú, el trecho intermedio del río Xingú próximo a las ciudades de Altamira y Sao Félix, viven unos 5 mil indios de nueve etnias, incluyendo los Arara, Assurino, Araweté, Parakana, Juruna y Xikrin.
Sus denuncias coinciden con la divulgación este viernes de un informe de la organización no gubernamental Instituto Socio Ambiental (ISA) según el cual en la cuenca del Xingú fueron talados 533 árboles a cada minuto en los dos últimos meses.
El estudio, hecho con base en imágenes del satélite Sentinel-1, denunció que entre mayo y junio fueron devastadas 39 mil hectáreas de selvas en la cuenca del río Xingú, uno de los principales afluentes del Amazonas y que recorre importantes áreas selváticas en los estados brasileños de Mato Grosso y Pará.
El área destruida, equivalente a la de una de las mayores ciudades brasileñas como Belo Horizonte, es en un 44.7 por ciento superior a la devastada en los dos mismos meses del año pasado.
Mientras que en la cuenca del Xingú en Mato Grosso fueron desforestados 7mil hectáreas en ambos meses, en un 99 por ciento de forma ilegal, en la de Pará esa devastación saltó desde 10 mil 611 hectáreas en mayo hasta 21 mil 462 en junio.
"Los recursos y el apoyo institucional para la fiscalización y operaciones de campo han disminuido. El problema ya no es saber en dónde están desforestando sino la falta de punición a los infractores, lo que deja el recado de que el crimen compensa", según Ricardo Abad, especialista del ISA en estudios de medición remota.
La cuenca del Xingú alberga 26 pueblos indígenas y casi la mitad de su área constituye o reserva ambiental o territorio indígena, una estrategia adoptada por anteriores gobiernos brasileños para intentar frenar la deforestación en una de las regiones de la Amazonia más amenazada por productores que buscan ampliar sus áreas de cultivo o de cría de ganado.
Pero la región sufrió un duro golpe con la construcción sobre el propio río Xingú de la hidroeléctrica de Belo Monte, la tercera mayor del mundo, cuya represa inundó una gigantesca área de selva y que atrajo a miles de personas para su construcción y operación.
Para los investigadores el ISA, sin embargo, el actual aumento de la deforestación en Xingú es consecuencia de la llegada a la Presidencia del ultraderechista Jair Bolsonaro, que flexibilizó la política de combate a crímenes ambientales y cuyas polémicas declaraciones le han dado coraje a agricultores y garimpeiros interesados en avanzar en la Amazonia.
Bolsonaro destituyó este viernes a Ricardo Galvao del cargo de director del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), órgano responsable por monitorizar y divulgar los datos sobre deforestación en la Amazonia, tras acusarlo de perjudicar la imagen del país por divulgar informaciones supuestamente falsas sobre la destrucción de la Amazonia.
Desde que el INPE divulgó que la deforestación había crecido un 88 por ciento en junio, el líder ultraderechista viene acusando a sus funcionarios de actuar con mala fe, de no ser patrióticos y de servir a intereses de partidos de la oposición.