Para funcionar, el internet requiere de una enorme cantidad de infraestructuras y energía, de hecho de acuerdo a algunos pronósticos se estima que para 2030 las tecnologías de la información y la comunicación representarán alrededor del 20% del consumo eléctrico en el mundo.
Este pronóstico no nos puede dejar indiferentes y debido a que el internet llegó para quedarse, vale la pena comenzar a considerar algunas alternativas que nos permitan volver a este servicio más sostenible y en consecuencia reducir nuestra huella de carbono.
Uno de los proyectos relacionados a este tema más conocidos es el de Ecosia, un motor de búsqueda que fue lanzado en 2009 con la peculiaridad de que su objetivo principal es ayudar a la reforestación en el planeta, a través de la donación del 80% de los ingresos que obtienen para esta causa, pero pocas personas saben que el tipo de conexión a internet que utilizamos también puede ayudar a generar un cambio.
A día de hoy contamos con distintos tipos de conexiones a internet, pero las más comunes suelen ser a través de cableado de cobre o ADSL y la fibra óptica pues son las que mayor cobertura tienen, sin embargo si comparamos ambas alternativas la fibra óptica resulta ser una alternativa significativamente más ecológica.
Esto se debe en primer lugar a los materiales que se emplean para su fabricación, siendo el dióxido de silicio el más importante, este es el segundo elemento más abundante en el planeta después del oxígeno, y se encuentra en la arena, en rocas o arcilla, lo que lo convierte en una materia prima de fácil acceso y que difícilmente se agotara, mientras que su contraparte el cobre, es un elemento cuya extracción resulta altamente perjudicial para las comunidades cercanas a las minas por la cantidad de desechos que se producen.
En segundo lugar, una vez instalada la red de fibra óptica, esta utiliza menos energía, pues se calcula que la fibra requiere en promedio 1 vatio por cada 100 metros de cableado que recorren los datos, mientras que el cobre requiere alrededor de 3.5 vatios para que la información recorra la misma distancia, esta diferencia a simple vista puede parecer insignificante, pero si consideramos que las centrales de comunicación transmiten de forma constante enormes cantidades de datos el ahorro se vuelve mucho más sustancial.
En tercer lugar hablaremos de la resistencia y durabilidad, características en las que la fibra óptica también resulta superior, pues además de ser un cableado más duradero requiere de menos mantenimiento, lo que significa que se necesitan invertir menos recursos en su cuidado, se calcula que como mínimo la fibra puede llegar a durar por lo menos 25 años, en comparación de los 5 años de vida que tiene el cobre.
Otros beneficios
Como hemos podido observar por sí solo tener el servicio de internet de fibra óptica tanto en nuestro hogar como en una empresa es una alternativa más ecológica en comparación con el cobre, pero de igual manera el contar con una velocidad más rápida y una conexión confiable ha permitido disfrutar de cambios en otros sectores.
Gracias a que el internet de fibra nos permite alcanzar velocidades de hasta 1 Gbps en servicios comerciales ha sido posible desempeñar teletrabajo y videoconferencias de una manera más fluida, lo que significa que algunas personas ya no necesitan desplazarse a sus espacios de trabajo, con lo que se puede llegar a ahorrar cerca de 3.2 toneladas de carbono en un año.
Este beneficio no solo aplica al área laboral sino también al sector salud y estudiantil, pues por un lado gracias a una buena conexión a internet ha sido posible atender a una mayor cantidad de pacientes y que los estudiantes continúen con sus estudios incluso si no existen instituciones de salud o educativas en su comunidad y sin necesidad de trasladarse.