Para detener el acelerado daño ambiental y lograr la sustentabilidad es vital cambiar el modelo heredado de la revolución industrial en cuanto a la relación de las sociedades con la naturaleza, fomentar la educación para entender las consecuencias de no cuidar adecuadamente el hábitat, así como propiciar la interdisciplina en el tratamiento de los problemas, coincidieron investigadores de la Unidad Lerma de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Al participar en el ciclo Jueves de interdisciplina, organizado por la Dirección de Comunicación del Conocimiento de la UAM, los especialistas enfatizaron la necesidad de reemplazar la visión utilitarista de emplear los recursos naturales como medio, sin importar si eventualmente se van a agotar.
El doctor Héctor Eduardo Jardón Valadez refirió que muchas de las alteraciones que enfrenta el entorno ante el desarrollo social, humano y tecnológico se encuentran en gran medida en la competencia que implica la dinámica económica y en el hecho de que cada persona con acceso a un recurso natural “piensa en tener el mayor provecho y en intentar maximizar sus ganancias”, sin embargo, este “bien, que es común, no es infinito”.
Las consecuencias de actuar en esta forma ya han empezado a manifestarse, como es el caso de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, donde se tuvo que racionalizar de manera extrema el agua ante la severa sequía que vivió en 2018. La cantidad que una persona podía gastar era de 45 litros al día, cuando en una ducha de 15 minutos se consumen 50 litros, dijo en la mesa Medio ambiente: exploración, aprovechamiento y perspectivas.
El académico del Departamento de Recursos de la Tierra sostuvo que por lo general se piensa que el líquido vital “estará ahí indefinidamente, pero existen casos en los que ya no hay posibilidades de acceder más a él” y “no tenemos garantizado un abasto perene”.
El doctor Lázaro Raymundo Reyes Gutiérrez, del mismo Departamento de la sede en Lerma, expuso que el sistema terrestre proporciona las bases para las sociedades humanas y sus actividades económicas, de manera que la gente necesita de los bienes naturales para sus quehaceres, “desafortunadamente, las sociedades siguen el mismo modelo de la revolución industrial, en la que se planteaba que primero era crecer y luego limpiar los residuos que se generaban”.
Hasta ahora las comunidades han seguido avanzando con la misma modalidad, de tal manera que en cualquier parte del mundo se han ocasionado múltiples alteraciones o modificaciones del hábitat en suelo, agua y aire, por la actividad humana.
El profesor comentó que actualmente lleva a cabo un trabajo de investigación sobre diversos fenómenos de contaminación de suelo, aire y agua debido a la disposición de residuos sólidos urbanos en tiraderos, algunos de ellos clandestinos, del Valle de Toluca.
Este tipo de estudios son muy complejos y requieren de análisis interdisciplinarios, en los que participen diferentes actores, en este caso del sector académico, entre ellos físicos, químicos, matemáticos y biólogos que contribuyan a conocer y entender estos asuntos.
El doctor Philipp Von Bülow Duden, académico del Departamento de Procesos Productivos de la Unidad Lerma, indicó que la problemática medioambiental implica sistemas complejos y “lo importante es que necesitamos toda una gama de actores” que sean muy creativos y críticos y tengan una visión global de las situaciones”.
Al inicio de los años 70 del siglo pasado, una de las publicaciones detonadoras del movimiento ecologista, que advertía sobre los límites del crecimiento, fue el Club de Roma, un grupo de gente que se encontró en esa ciudad y hablaban de utilizar modelos para simular escenarios, los cuales podían emplearse en las áreas de economía, biología, ecología y hasta en física.
Von Bülow Duden mostró un ejemplo de simulación de recipientes en los que el correspondiente a la población está subiendo de nivel, mientras el de recursos naturales disminuye. También hay prototipos de flujos como los movimientos del dinero o cuentas de bancos, e incluso la migración de personas de un lugar a otro.
Estos principios sirven para proyectar cómo se desarrollaría el mundo en las siguientes décadas y algunas de sus observaciones no fueron muy acertadas, pero otras sí lo son. Lo importante es repensar los conceptos y al hacerlo es posible hallar respuestas.
En este momento desarrolla un proyecto sobre “una bomba de golpe de ariete” con un campo de termodinámica, otro mecánico y otro hidrodinámico, en donde “yo puedo adaptar las cosas”.
Un alumno que aprende estos conceptos, fácilmente podrá modelar problemas económicos o de flujos de los bancos y hasta del hábitat, y tendrá la oportunidad de trabajar con profesionales de distintas áreas.
Los investigadores coincidieron en que el desarrollo tecnológico puede ayudar a enfrenar las complicaciones medioambientales, pero no debe pensarse que es la única solución, porque este desarrollo debiera estar articulado con todas las partes involucradas, por ejemplo, con las instituciones encargadas de cuidar el entorno, entre otras.