México.- A raíz del derrame accidental más grande de la historia de la explotación petrolera, suscitado en abril de 2010 en el Golfo de México, tras la explosión de la plataforma Deepwater Horizon, instituciones oceanográficas del país e instancias académicas como el Cinvestav, integraron el Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGoM), un grupo multidisciplinario encargado de estudiar la condición ambiental actual y los potenciales efectos de derrames de gran escala sobre los ecosistemas marinos de esta zona.
Este Consorcio financiado por el Fondo de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía, realizó 19 campañas oceanográficas que cubrieron 180 estaciones de monitoreo durante el 2015 y 2018, donde detectaron los niveles de hidrocarburos y metales en el agua o sedimentos, además de cuantificar los impactos sobre los organismos del ecosistema. Esta investigación generó, como uno de sus productos, el Atlas de Línea Base Ambiental del Golfo de México.
“El Atlas pretende dar una representación geográfica de las características físicas, químicas, biológicas y ecológicas del estado en el que se encuentra el Golfo de México y es, hasta el momento, la más extensa caracterización oceanográfica del país”, sostuvo María Leopoldina Aguirre Macedo, jefa del Departamento de Recursos del Mar del Cinvestav Unidad Mérida y parte del grupo de investigadores del CIGoM.
Esta imprescindible herramienta bibliográfica será de utilidad para la planificación y toma de decisiones en la zona, al contar con 11 tomos que comprenden temáticas como meteorología, circulación y oleaje, biogeoquímica y ecología, hidrocarburos, contaminantes en organismos, pastos, tortugas, cetáceos, pelágicos mayores y bacterias.
Cada tomo contiene una introducción donde se describe la importancia y bases conceptuales científicas particulares, así como un segundo capítulo en el cual se detallan el origen, procesamiento, selección de datos y la cartografía de cada una de las múltiples variables consideradas en el estudio.
La contribución del Cinvestav se enfoca principalmente en la parte biológica y química, así como la detección de áreas específicas de tortugas marinas, producto de los datos recolectados en diferentes cruceros oceanográficos que se realizaron en dos zonas del Golfo de México: el Cinturón Plegado Perdido, frente a las costas de Tamaulipas, y la Plataforma Continental de la Península de Yucatán.
El contenido de este Atlas tiene relevancia en diferentes sectores, incluyendo el transporte marítimo, la operación de la infraestructura de extracción petrolera, la pesca y la condición ambiental marina, pero se espera que también sea de utilidad para el público en general, como objeto de conocimiento con fines de conservación y manejo sustentable de los recursos marinos.
En su elaboración, además del Cinvestav, participaron 11 instituciones mexicanas y una de Estados Unidos: las universidades Nacional Autónoma de México, Autónoma de Baja California, Autónoma Metropolitana, Autónoma de Nayarit, de Texas A&M, así como los centros de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada y el Interdisciplinario de Ciencias Marinas del Instituto Politécnico Nacional, además de El Colegio de la Frontera Sur, con un total de 283 colaboradores investigadores, técnicos, cartógrafos, estudiantes de posgrado y licenciatura.
“Durante tres meses, se vertieron cerca de 800 mil toneladas de petróleo del pozo Macondo, equivalente a tres días de la producción petrolera mexicana del 2019. La ausencia de una caracterización adecuada de las condiciones ambientales en la región previas al derrame hizo difícil evaluar los impactos sobre el ecosistema con un alto nivel de certeza”, indicó Leopoldina Aguirre, representante institucional del Cinvestav ante el Consorcio.
Actualmente, con el fin de tener una referencia sólida para evaluar impactos ante un futuro derrame de petróleo o algún otro incidente de gran magnitud, el CIGoM continúa desarrollando proyectos con base en cinco líneas de investigación, Plataformas de observación oceanográfica, Línea base y monitoreo ambiental, Modelos de circulación y biogeoquímica, Degradación natural de hidrocarburos y Escenarios de derrames.
Finalmente, la investigadora comentó que, gracias a esta línea base, la Secretaría de Energía en conjunto con Petróleos Mexicanos tendrán elementos para considerar la implementación de programas de monitoreo de costas y mares, así como fortalecer su esquema de organización y respuesta ante incidentes. El Atlas es de libre acceso y puede consultarse en la página https://atlascigom.cicese.mx/.