México.- El Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra (LANOT), a cargo de la UNAM, es un aliado fundamental en las tareas de seguridad nacional y protección civil en nuestro país; brinda información sobre fenómenos meteorológicos extremos que pueden afectar a las personas, la infraestructura y el medio ambiente.
Allí se monitorean los océanos, la cubierta vegetal de la Tierra y las interacciones de éstos con nuestra sociedad. “La meteorología es clave para la seguridad nacional, pues sus fenómenos pueden causar daño a la infraestructura y las personas. Nuestra importancia radica en dar servicio a los encargados de emitir alertas, como el Servicio Meteorológico Nacional, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y la Secretaría de Marina, entre otros organismos”, dijo el coordinador del LANOT, Jorge Prado Molina.
Este laboratorio, a cargo del Instituto de Geografía, tiene capacidad para recibir imágenes de un satélite geoestacionario de 16 bandas espectrales, cada 10 minutos. También recibe imágenes de órbita polar –satélites que están a entre 800 y mil 200 kilómetros de altura– del disco completo del hemisferio occidental. “Vemos desde el Polo Norte hasta el Sur, y una parte de África, cubriendo todo el Océano Atlántico”, agregó Prado.
Las imágenes ayudan a que el Servicio Meteorológico emita alertas de huracanes, tornados, frentes fríos, vientos extremos, oleaje; que la Secretaría de Marina alerte a la navegación en todos los puertos mexicanos y que el Cenapred brinde información sobre incendios y emisiones de ceniza volcánica.
A propósito del Día Mundial de la Meteorología, que se conmemora el 23 de marzo, Prado expuso que además de difundir imágenes meteorológicas, el LANOT almacena información sobre algunos fenómenos hidrometeorológicos que servirán para hacer análisis a lo largo del tiempo, mejorar modelos climatológicos y poder decir, en determinado momento, qué tan severo es el cambio climático.
“Son fenómenos que se tienen que evaluar a lo largo del tiempo para poder afirmar que está ocurriendo un cambio; lo que sí es evidente es que los ecosistemas han sido alterados por el hombre y esto ha causado desequilibrios que hasta hace años no existían, y generará más estragos en la población, así como la desaparición de algunas especies.
“Monitorear lo que ocurre es importante, pero más importante sería tomar medidas para evitar que se sigan cometiendo deterioros. Debemos entender que es un asunto global, lo que hacemos en nuestra casa afecta a todo el mundo; si hay una erupción en Islandia, afectará a todo el planeta”, explicó el académico del Instituto de Geografía.
Esfuerzo colaborativo
El Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra es un esfuerzo colaborativo entre diferentes instancia académicas y federales que permitieron conjuntar equipos y sistemas de recepción de imágenes, únicos en el país.
Monitorea los fenómenos meteorológicos las 24 horas del día, los 365 días del año, al igual que los servicios nacionales a los que apoya. Y aunque usa programas desarrollados por organismos como la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) éstos son adaptados para atender las necesidades nacionales.
“Un ejemplo es el algoritmo de detección de puntos de calor. Dividimos el territorio en cinco regiones, y en cada una de ellas se aplica un algoritmo diferente, pues no es el mismo para un bosque templado que para una selva”.
También se brindan imágenes a personas o empresas que requieran de la información del laboratorio, como Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), que emite boletines meteorológicos de todos los aeropuertos del país, revisados por los pilotos antes de volar hacia un destino.
Quienes laboran en este espacio también trabajan en aplicaciones para, por ejemplo, monitorear la caída de rayos en el país, o que se puedan emitir alertas por puntos de calor o incendios. “Cada 20 segundos recibimos un dato de la caída de un rayo y subimos esa información para que los organismos que lo necesiten puedan prevenir. También tenemos animaciones en las que se puede observar la trayectoria de una tormenta”, concluyó.