Londres.- Un estudio de la Universidad de Cambridge reveló que “los inhaladores de dosis medida para pacientes con asma y otras afecciones generalmente contienen gases licuados y comprimidos que actúan como propulsores para atomizar el medicamento que se administra y bombearlo al usuario”, refiere el estudio.
Publicado en el sitio web de la institución, el estudio señala que originalmente “los clorofluorocarbonos (CFC) se usaban como propulsores, pero estos potentes gases de efecto invernadero y sustancias que agotan el ozono ahora están prohibidos. En cambio, han sido reemplazados por propulsores de hidrofluoroalcano (HFA)”.
Estableció que “los HFA no son perjudiciales para la capa de ozono, siguen siendo potentes gases de efecto invernadero, y actualmente los inhaladores de dosis medida contribuyen con 3.9 por ciento de la huella de carbono del Servicio Nacional de Salud en Reino Unido”.
“En 2017, se prescribieron alrededor de 50 millones de inhaladores en Inglaterra, de los cuales siete de cada 10 eran inhaladores de dosis medida, en comparación con solo uno de cada 10 en Suecia”, asegura el estudio.
En el estudio publicado en BMJ Open, el equipo de investigadores analizó los datos de prescripción del NHS de Inglaterra en 2017 y recopiló datos de la huella de carbono en los inhaladores comunmente utilizados para comparar los costos financieros y ambientales de los diferentes inhaladores.
La información sobre la cantidad de propelente de HFA en los inhaladores de dosis medida no está disponible públicamente, por lo que los investigadores estimaron el contenido de los inhaladores revisando publicaciones, patentes y estudios de rendimiento de inhaladores para obtener información sobre el peso de los inhaladores vacíos y llenos.
Calcularon la huella de carbono multiplicando el peso estimado del propulsor de HFA por su potencial de calentamiento global (una medida de cuánto calor atrapa un gas de efecto invernadero en la atmósfera durante un tiempo específico, en relación con el dióxido de carbono).
En los niveles de prescripción de 2017, reemplazar uno de cada 10 inhaladores de dosis medida en Inglaterra con los inhaladores de polvo seco equivalentes más baratos podría conducir a una reducción en los costos de medicamentos de 8.2 millones de libras (unos 10.6 millones de dólares) al año y reduciría una cantidad significativa de emisiones de carbono, según el estudio.
"Nuestro estudio muestra que cambiar a inhaladores que son mejores para el medio ambiente podría ayudar a las personas, y al NHS en general, a reducir su impacto en el clima de manera significativa".
"Este es un paso importante hacia la creación de un sistema de salud sin carbono adecuado para el siglo XXI ", dijo el doctor James Smith, consultor en Salud Pública del Departamento de Salud Pública y Atención Primaria de la Universidad de Cambridge.
"Cualquier movimiento hacia inhaladores 'más ecológicos' necesitaría asegurar que los reemplazos fueran rentables", manifestó el doctor Alexander Wilkinson, consultor en Medicina Respiratoria de East and North Hertfordshire NHS Trust.
“Al cambiar a marcas menos costosas, hemos demostrado que aún sería posible tener un impacto positivo en las emisiones de carbono y al mismo tiempo reducir los costos de los medicamentos”, consideró Wilkinson.
“Es importante enfatizar que los pacientes no deben dejar de usar sus tratamientos habituales para reducir su huella de carbono. En su lugar, recomendamos que los pacientes revisen su condición y tratamiento al menos anualmente con su profesional de la salud y en este punto discutan si un inhalador más ecológico está disponible y es apropiado en su situación", concluyó el doctor.