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Barcelona.- De acuerdo con la investigación, encabezada por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la UAB la vegetación podrían adaptarse a las mayores concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono que se esperan para el futuro y lograr almacenar el equivalente a seis años de emisiones de combustibles fósiles.
Un fenómeno que se produciría por la asociación simbiótica de árboles con microorganismos del suelo y hongos que los ayudan a extraer nitrógeno y fósforo de manera más efectiva, lo que les sirve para equilibrar en su dieta la captura extra de dióxido de carbono.
Sin embargo, el estudio también alerta de que los árboles tan sólo pueden absorber una fracción de todo el CO2 de la atmósfera y que su capacidad para seguir haciéndolo más allá del año 2100 es incierta.
Según los científicos, la forma más segura de revertir el calentamiento global y frenar la crisis climática es no utilizar y no extraer combustibles fósiles y paralizar la desforestación para preservar los bosques.
Plantar árboles o restaurarlos es como ingresar dinero en el banco.
"Plantar árboles o restaurarlos es como ingresar dinero en el banco", aseguró en un comunicado de la UAB el coautor del estudio Rob Jackson, quien explicó que "el crecimiento extra de los árboles con el del dióxido de carbono es el interés que ganamos en nuestra cuenta".
Para realizar su pesquisa y debido a la falta de pronósticos firmes a escala global sobre los niveles de CO2, los investigadores sintetizaron datos de todos los experimentos conducidos hasta el momento.
También utilizaron métodos estadísticos, de inteligencia artificial, modelos matemáticos y datos satelitales para cuantificar la capacidad de los nutrientes y del clima y descifrar el potencial de las plantas y árboles para absorber el CO2 extra.
Las conclusiones ponen de relieve la importancia de preservar los bosques tropicales como el del Amazonas, el Congo y el de Indonesia, ya que son las regiones con mayor potencial para almacenar los sobrantes adicionales de este gas.
"Estamos avanzando de manera inexorable hacia la pérdida de un instrumento muy importante para limitar el calentamiento global", alertó el también autor del estudio César Terrer antes de lamentar que hayamos presenciado ya "la tala indiscriminada de bosques prístinos y selvas tropicales que constituyen los depósitos más grandes de biomasa del planeta".