El año pasado marcó un hito sombrío en los Estados Unidos, con un alarmante aumento en las muertes relacionadas con el calor. Según datos federales, el calor excesivo contribuyó a 1,670 muertes en todo el país, marcando la tasa más alta en al menos dos décadas. Sin embargo, el aumento de las temperaturas no es la única causa de esta preocupante tendencia. Esta información fue publicada en California Healthline, cuyo autor Phillip Reese, es especialista en información de datos y profesor asociado de periodismo en la Universidad Estatal de California-Sacramento.
El consumo de drogas y la falta de vivienda son factores cruciales que se suman a este fenómeno. Las altas temperaturas combinadas con el abuso de metanfetaminas pueden llevar a un aumento peligroso de la temperatura corporal, exacerbando los riesgos.
Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), alrededor del 25% de las muertes en California entre 2018 y 2022 fueron atribuidas tanto a enfermedades relacionadas con el calor como a sobredosis de drogas.
La falta de vivienda es otro componente preocupante. Las personas sin hogar son especialmente vulnerables durante las olas de calor, representando alrededor del 13% de las hospitalizaciones en California por enfermedades relacionadas con el calor entre 2017 y 2021.
Con el aumento de la población de personas mayores en California y en todo Estados Unidos, este problema se vuelve aún más crítico, ya que los ancianos son más susceptibles a las enfermedades relacionadas con el calor.
El cambio climático es un factor importante, con los últimos ocho años siendo los más cálidos en registros que datan del siglo XIX. Las olas de calor comienzan antes y duran más, no permitiendo que el cuerpo humano se recupere adecuadamente. Las tendencias climáticas son motivo de alarma y requieren medidas urgentes.
En respuesta a esta crisis, defensores y expertos instan a la implementación de más centros de refrigeración, viviendas asequibles y normas de seguridad laboral más efectivas para ayudar a proteger a las poblaciones vulnerables contra el creciente calor.
Un reciente estudio científico resalta que el cuerpo humano no funciona óptimamente cuando las temperaturas superan los 40 grados Celsius, lo que subraya la necesidad urgente de abordar este problema y desarrollar estrategias de adaptación.
Es crucial reconocer que este aumento alarmante de muertes relacionadas con el calor requiere una acción inmediata y coordinada a nivel comunitario, estatal y nacional. La protección de las poblaciones más vulnerables debe ser una prioridad en la lucha contra las consecuencias mortales del cambio climático y sus interacciones con otros desafíos sociales