Ilan Goldfajn, Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Kristalina Georgieva, Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunieron para discutir los detalles de una colaboración más estrecha para apoyar las reformas climáticas y catalizar los recursos del sector privado en América Latina y el Caribe, dentro de los parámetros de sus respectivos mandatos.
Para lograr sus objetivos de alcanzar economías resilientes y descarbonizadas para 2050, los países de la región deben realizar inversiones sustanciales en adaptación y mitigación del cambio climático. Con un mayor grado de cooperación entre ambas instituciones, lo que se busca es fortalecer aún más los esfuerzos conjuntos para identificar y diseñar reformas y proporcionar desarrollo de capacidades en apoyo de los objetivos climáticos. Asimismo, esto puede ayudar a atraer dichas inversiones, incluyendo capital privado.
El BID y el FMI ya gozan de una sólida asociación en toda América Latina y el Caribe, y el FMI se beneficia de las relaciones de larga data del BID en la región y de su análisis y experiencia a nivel sectorial. Esto se ha visto reforzado aún más por la colaboración en el marco del nuevo Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad (RSF, por sus siglas en inglés) del FMI, que entró en funcionamiento en octubre de 2022.
El RSF se estableció para ayudar a los países a reducir los riesgos macro-críticos y fortalecer la estabilidad económica y desarrollar resiliencia abordando los desafíos estructurales a largo plazo, incluidos los relacionados con el cambio climático. Con este fin, las medidas de reforma en el marco del RSF apoyarán los esfuerzos de mitigación y adaptación de los países.
Ambas instituciones están buscando formas de profundizar sus lazos para fortalecer la colaboración, aprovechando la experiencia y la capacidad de cada una, para brindar el mejor apoyo posible a los países de la región. Para ello, se están creando grupos de trabajo con el fin de trabajar en el diseño e implementación de soluciones de financiamiento tanto a nivel regional como de país.
Paralelamente, el BID está diseñando una facilidad para identificar, priorizar y preparar una sólida cartera de proyectos de infraestructura verde y resiliente en todos los sectores clave. También ayudará a los gobiernos de América Latina y el Caribe en la tarea regulatoria e institucional inicial. Esto es parte de un esfuerzo conjunto con otros asociados multilaterales para ayudar a los países a desarrollar carteras de proyectos de inversión prudentes y bien estructuradas, en consonancia con sus planes nacionales de desarrollo.
El FMI y el BID mejorarán las estrategias para que los países aceleren el financiamiento climático, incluso mediante reformas de políticas, apoyo al desarrollo de capacidades y evaluación de acuerdos de financiamiento individualizados, como instrumentos de financiamiento combinado, bonos verdes y otros, incluyendo posibles diseños para una estructura regional de fondos verdes. A este fin, cada institución actuaría en el marco de su mandato respectivo, con el objeto de explorar nuevas complementariedades entre las reformas respaldadas por RSF y el financiamiento y las garantías del BID, para escalar y movilizar el tan necesario financiamiento climático privado.
El presidente del BID, Ilan Goldfajn, afirmó:
"En el contexto de los llamados globales a mejorar la cooperación multilateral entre las instituciones financieras internacionales, nos complace identificar complementariedades con el FMI y trabajar para adoptar acciones concretas para enfrentar el cambio climático en América Latina y el Caribe. Estamos comprometidos a explorar más a fondo el fortalecimiento de nuestra asociación con el FMI para movilizar capital y encontrar soluciones innovadoras para multiplicar el financiamiento climático a los países de la región".
Por su parte, la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, sostuvo: "Es una gran satisfacción iniciar un nuevo capítulo de colaboración con el BID para ayudar a los países a enfrentar el impacto del cambio climático, que amenaza el crecimiento, el empleo y la prosperidad en América Latina y el Caribe. Se necesitan vastos recursos, por lo que trabajar juntos es vital, y vemos muchas complementariedades entre la labor del FMI y del BID. Esperamos una colaboración aún más enérgica de apoyo a nuestros miembros a medida que abordan los desafíos climáticos y de resiliencia".